En 2006 un grupo de amigos que componían una asociación dedicada al estudio de libros antiguos decidió crear otra cuya misión fuera arreglar el órgano barroco de su iglesia, la parroquia de San Juan Bautista de Callosa d'en Sarrià. Así nació "Ple a Cuatre", traducción al Valenciano de los registros musicales dados por cuatro tubos del órgano, que soplan la misma nota, y entre cuyos fundadores se encontraba el propio párroco del momento, Paco Rayos, junto a un carpintero, un electricista, un catedrático y una enfermera, entre otros. Tras años con el proyecto algo estancado, lo han retomado con ayuda de más amigos y conocidos, que se reúnen cada sábado, desde primera hora hasta el mediodía, y de cinco y media a siete de la tarde, bajo la pequeña bóveda que alberga el instrumento con la única finalidad de arreglarlo. Todos ellos lo hacen de forma voluntaria, sin recibir más que la satisfacción de poder colaborar, trabajar "por verdadero amor al arte", como lo define Oskar, uno de sus miembros. Sin embargo, esa voluntad y conocimientos de los elementos a reparar no serán suficiente para poder rehabilitar la totalidad del órgano ibérico, motivo por el cual una vez arreglen parte del mismo, (el denominado órgano bajo o "de ecos"), pretenden "darle más vida" con conciertos que recauden fondos que irán destinados, en su totalidad, a pagar el coste de la rehabilitación total, que será contratada a la prestigiosa casa suiza "Spaeth" (entre cuyos trabajos figura el arreglo de los órganos de la catedral de Ciudad Rodrigo y del de Móvovar, de 1771). Esta empresa intervendrá en el órgano mayor y la parte técnica de los tubos, la más complicada, pues por el momento para el resto tienen experiencia y conocimientos suficientes, según explicó Josep Vicent, otro miembro del grupo, que destaca la pluralidad de profesionales que se ha volcado en el proyecto: Un herrero artesano, diseñadores gráficos, una licenciada en Bellas Artes con experiencia en la restauración de muebles, un electricista, un carpintero, un encuadernador artesano, un historiador, un bibliófilo, y hasta un político, concejal del Partido Popular, que sólo ejerce como tal para facilitar el acceso a maquinaria, y que trabaja tan a gusto, codo con codo, junto al pintor de Izquierda Unida. Porque en este arca de Noé de habilidades, las discrepancias no caben, excepto quizá para debatir si el nuevo azul que luce en la arreglada cubierta es tono cielo o tira a violeta; Y los únicos rivales a vencer son la carcoma, la suciedad de los fuelles, el deterioro del abandono... y de manos, poco finas, que dejaron las tripas del robusto instrumento llenas de cables y parches de madera, cuanto menos, poco noble.

Cuando todos ellos acaben su faena, arrancarán las iniciativas pensadas para recaudar fondos que cubran el arreglo integral. Entre éstas, un ciclo de conciertos de órgano, probablemente a final de año, un concierto extraordinario, en este caso previsto para el 23 de junio en el que participará la Orquesta de Jóvenes de la Provincia de Alicante, y más adelante, "no antes del año que viene", y si lo recogido es insuficiente, la opción nacida en Castilla, donde con un esquema de los tubos del órgano, se da la opción a los vecinos de subvencionar la reparación de alguno de ellos.

Buscando el origen del centenario instrumento

Parejo a los arreglos físicos este grupo dedica su tiempo a investigar los orígenes del centenario instrumento. Hasta ahora se conocía lo recogido en el libro "La villa de Callosa d'en Sarrià" de Adolfo Salva Ballester, que afirma que data de 1845, y proviene del convento de Cocentaina por disposición testamentaria de un vecino que dejó una finca para que con el dinero de su venta se comprara. Sin embargo, quien lo manipuló en 1981 dijo haber visto una inscripción que citaba al artesano Bartolomé Sánchez de Zaragoza, en 1754, que a su vez ha sido contradicho con otras versiones. Según Josep Vicent, se sabe que es del siglo XVIII, que no fue producto de ningún intercambió de derechos de feria, que no fue construido por Bartolomé Sánchez, y se investiga si vino o no de Cocentaina.