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Rescatando el dulce hábito de jugar

Decenas de niños participan hasta agosto en un campamento coordinado por Cruz Roja en Los Molinos para potenciar sus habilidades tras el largo confinamiento por el covid-19. Rutas por la sierra y talleres educativos son la base del programa

Uno de los grupos del campamento de Cruz Roja en los Molinos durante una actividad lúdica. INFORMACIÓN

Tras cuatro meses sin clases en el aula, con relaciones sociales muy ajustadas y marcadas por una distancia mínima para evitar contagios de coronavirus, los niños han tenido que adaptarse a la situación y en muchos casos jugar en soledad. Para fomentar los hábitos saludables y estimular a los menores en esta crisis sanitaria, Cruz Roja ha puesto en marcha un campamento de verano en el Centro medioambiental Los Molinos de Crevillent para desarrollar aspectos cognitivos, sociales y afectivos, teniendo en cuenta que la pandemia ha dejado secuelas que han afectado directamente tanto a los hábitos como a las rutinas educativas y sociales, que se han transformado por completo.

El proyecto está patrocinado por el grupo Enercoop y cuenta con el apoyo de la fundación Caja Mediterráneo, que es la gestora de este centro de divulgación, y del Ayuntamiento.

Las instalaciones se abrieron la semana pasada para acoger cada semana a grupos de 24 niños con edades comprendidas entre los 8 y los 10, y los 11 y 14 años. Durante cinco días pernoctan en este enclave. Para ello se están siguiendo unas rigurosas medidas higiénico sanitarias e incluso los monitores y coordinadores están en todo momento concienciando a los menores del uso que deben hacer de mascarillas, así como cumplir la distancia social. Precisamente esta pedagogía es uno de los principios del programa. Sin embargo, la misión principal que persigue este campamento es conseguir que los menores disfruten de la armonía en el entorno natural y que puedan establecer relaciones sociales con otros niños durante el verano, facilitando, además, la conciliación laboral de las familias. En estos primeros días han realizado actividades de todo tipo. Por ejemplo participaron en una ruta senderista por el entorno de la sierra de Crevillent para conocer el patrimonio local así como tener contacto directo con la flora y fauna autóctona.

En el campamento están realizando desde gymkanas hasta juegos de agua, manualidades o talleres educativos sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible. También se está sensibilizando sobre la problemática que viven los refugiados y los menores han podido conocer historias como la de un joven de Guinea Bisau. El programa culminará el 11 de agosto y hasta entonces también se realizarán charlas de otras cuestiones como primeros auxilios, explican desde Cruz Roja.

Compromiso

Este campamento infantil también supone una forma de revitalizar el entorno natural del CEMA Los Molinos, que en los últimos años se ha preparado, además, como observatorio de empleo. Desde la Asamblea Local de Cruz Roja indican que este campamento es una alternativa de ocio para el verano con el propósito de aliviar la situación que han vivido miles de familias durante el confinamiento y que los niños y niñas de la localidad puedan mantener contacto en un entorno saludable «y descargando así a los padres de la tarea de cuidado, y pudiendo conciliar mejor por un tiempo la vida personal y laboral», indica Alicia Mas, presidenta de la asamblea local. La organización también ha ofertado algunas becas para asumir el coste del programa.

Guillermo Belso, presidente de la Cooperativa Eléctrica, explica que el apoyo de la iniciativa entra dentro del programa Reacciona del grupo Enercoop, con el que ofrecerán asistencia técnica, económica y social para varias iniciativas hasta finales de año. como es el caso.

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