Test masivo, PCR, IgM, IgG, cribado, población rebaño, anticuerpos, inmunidad, seroprevalencia, morbilidad o mortalidad, entre otros, son términos que con una irritante frivolidad están en boca de todos, incluso de aquellos que -como yo- podemos tener el conocimiento justo para pasar el día.
De la noche a la mañana, nos ha visitado un Ente Superior y nos ha infundido unos superpoderes que nos permiten, cual expertos epidemiólogos, cuestionar todas las medidas que -en nuestra opinión- un tal Simón, el Illa, Sánchez, el Coletas y una comisión de mindundis nos quieren imponer recortando nuestros derechos y libertades, decimos a boca llena sin ningún tipo de pudor. Envidiados conciudadanos, hay una teoría que se llama Efecto Dunning-Kruger, pero de eso no vamos a hablar ahora.
El test rápido para detectar Covid-19 es similar al del embarazo. Tras un periodo inicial de preparación de 15 ó 20 minutos permite que en 10 ó 15 minutos conocer si una persona está o no contagiada; unos se realizan con exudado faríngeo y otros mediante una punción en el dedo, este tipo de prueba no garantizan una gran fiabilidad y se puede practicar en el domicilio. También, se pueden obtener los anticuerpos IgM e IgG mediante pruebas serológicas en laboratorios previa extracción. Por contra, la PCR es una determinación, común y rutinaria, que ahora parece nueva, pero data de 1993 cuando sus autores consiguieron el Premio Nobel de Química. El diagnóstico a través de la PCR, requiere personal preparado para su correcta realización y es muy específica, muy sensible y muy precoz al detectarse en las primeras fases de contagio. Pero se tarda varias horas en conocer los resultados. Se necesita realizar una extracción de sangre para iniciar las pruebas en el laboratorio.
El lío que se ha montado con la clasificación de la OCDE, tiene más de guerra sucia que otra cosa. El Gobierno remite unos datos de los test que se han realizado: 1.035.000 pruebas PCR y 310.000 test de anticuerpos (IgM e IgG) y la institución receptora los suma, algo a todas luces lógico, y dice que España ha realizado 28,62 pruebas por cada mil habitantes; 24 horas después reconocen el error y manifiestan que sólo había que contabilizar la pruebas PCR por lo que España ha realizado 22,02 pruebas por cada mil habitantes, Alemania (25,1); esta es la "gran diferencia" cuando de una manera u otra estamos por delante de Canadá (18,4), Bélgica (17,8), EEUU (15,6), Finlandia (14,4), Países Bajos (11,3), Reino Unido(9,9), Suecia (9,4) o Francia (9,1). Más de 25.000 pruebas PCR diarias se están realizando en nuestro país y alrededor de 8.000 test rápidos también diarios. Dicho esto, considero que no se deben realizar "test masivos" como los más avezados reclaman; si en cambio, el muestreo que ya se ha iniciado de 30.000 familias o 62.000 habitantes para realizar los estudios necesarios para adoptar medidas y conocer la expansión de la pandemia.
Esta pandemia no entiende de ideologías. Tiempo habrá de valorar sus consecuencias y sus porqués. Si algo tendremos que tener en cuenta, en primer lugar, es la gestión: privada o pública de las residencias de ancianos, qué competencias tenían las comunidades autónomas, y la elaboración de unos mínimos que deban cumplir en materia de personal sanitario; no podemos olvidar que a día de hoy de los 23.000 fallecidos 15.000 han ocurrido en dichos geriátricos, algo se ha hecho mal desde su origen.
A modo de resumen, ¡por favor! seremos capaces de mantenernos expectantes y alerta para cumplir con nuestras responsabilidades que no son otras que las de cumplir de una manera fiel y leal las medidas del confinamiento y las normas de higiene que con tanto trabajo están desarrollando: don Fernando Simón, don Eduardo Illa, don Pedro Sánchez, don Pablo Iglesias, entre otros y por supuesto las distintas comisiones de expertos que me consta están poniendo todo su saber en la resolución del mal que nos aqueja. Gracias.
