Sorprendidos ellos; 108 alumnos de segundo de ESO y primero de Bachiller del instituto Maciá Abela de Crevillent. «No sabíamos que entre los azarbes y caminos de El Hondo podía haber tanta basura: plásticos de todo tipo, botellas de cristal, papeles, un tapa del váter...», explican. Sorprendidos sus profesores. «La participación e implicación ha sido total. Han recogido y clasificado basura, dejando de lado los comentarios como "que asco, hemos venido a recoger basura". Se han portado como campeones y campeonas», concluye la vicedirectora del centro, Ana Mira. Agradecidos los educadores ambientales que la Generalitat tiene en el parque.

Convencidos todos de que la mejor lección se aprende sobre el terreno... Así transcurría ayer la aplicación práctica de la campaña «Menys plàstic, més vida», un proyecto educativo que ha contado durante semanas con clases teóricas donde «han sido formados en las consecuencias que provoca el plástico en el medio ambiente», señala Mira. También «ellos mismos han impartido charlas entre el alumnado más pequeño del centro, consiguiendo que se comprometan a reducir el uso del plástico con acciones como traer botellas reutilizables o envolver sus almuerzos en fiambreras o papel», continúa la vicedirectora. Y han adquirido el compromiso de «hacer papeleras para separar los envases y reciclar».

Todo ello se pudo concretar ayer en una exitosa jornada de recogida de residuos en El Hondo y sus azarbes, llenando decenas de bolsas con basuras de todo tipo, pero sobre todo «plásticos que van a parar a los embalses o al mar».

Una actividad que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Crevillent, que puso los autobuses, y de Riegos de Levante, que facilitaba medios para la recogida. «También queremos reconocer la ayuda de Ecoembes, SEO BirdLife y ANSE, así como la colaboración de los educadores del parque, que les han agradecido a los alumnos su trabajo y su concienciación», añadía Mira.

Los alumnos no solo recogieron sino que también aprendieron a clasificar residuos y a depositarlos en los contenedores adecuados. Y, de la mano de los monitores del parque, conocieron algunas de las especies más emblemáticas, en una actividad que acerca a la población a un enclave internacionalmente famoso por ser refugio de aves amenazadas y escasas, pero localmente todavía por descubrir.