Santa Pola trasladará a una balsa municipal junto a la depuradora el centro de cribado de posidonia oceánica que hoy por hoy se acumula junto a las antiguas naves de Vatasa. El Ayuntamiento ha iniciado la redacción de un proyecto para que a medio plazo los restos de las algas no sigan en el centro de acopio instalado junto a las naves del astillero si no que se desplacen al extrarradio, y todo para dejar limpio el entorno de Vatasa en caso de que Costas de luz verde al proyecto del ejecutivo del PP, y apoyado por el resto de la corporación, para transformar las antiguas naves en un campus de deportes marítimos con zona de restauración.
Sin embargo, parece que estos planes no vendrán a corto plazo, ya que la Dirección Provincial todavía no se ha manifestado sobre la propuesta que hizo el Ayuntamiento en pleno para que les den la concesión del enclave por 50 años. Desde el Ministerio de Transición Ecológica siguen adelante, además, con el estudio ambiental que determinará si es viable o no demoler el astillero y las naves.
Aún y así, desde la Administración local han optado por adelantarse a los posibles futuros escenarios y por ello han iniciado los trámites para que una balsa de unos 37.000 metros cuadrados pueda legalizarse como centro de acopio y de estudio de la posidonia. Esta infraestructura está en desuso y es de titularidad municipal a pesar de que se encuentra junto al recinto de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Santa Pola. Desde la Concejalía de Playas reseñan que han avanzado algunos permisos que en principio avalarían que esta nueva actividad es compatible en la balsa.
La idea que contemplan desde el equipo de gobierno es la de distribuir en este estanque una planta que disponga de zona para amontonar el cribado así como maquinaria que permita distintos tipos de secado. Además, desde el ejecutivo indican que esta instalación permitirá aumentar considerablemente la capacidad de acopio.
En 2019 Urbaser, como gestor autorizado de este residuo, retiró de las playas 8.904 kilos de posidonia, un 18% más que en 2018, aunque no superó al dato de 2017 en el que casi se cuadruplica el número de algas debido a los fuertes temporales. En cuanto a la gestión en el futuro inmueble, el Ayuntamiento plantea que la empresa que opte al contrato de limpieza de Santa Pola también desarrollará este servicio de recogida de la posidonia y el traslado al centro de acopio. En la actualidad Urbaser es la empresa que lo presta al funcionar como gestor de residuos.
Por otro lado, desde el área de Playas siguen trabajando junto al Centro de Investigaciones Marinas (CIMAR) y el Instituto de Ecología Litoral para justificar junto a otros municipios que la posidonia oceánica no es un residuo cuando alcanza la arena si no materia prima, ya que entienden que debería cambiar la normativa europea para que no haya tantas limitaciones en la recogida de este tipo de alga o en los usos que se le puede dar cuando acaba su vida en el mar.
Por ello, desde el Ayuntamiento están explorando la vía para reutilizar la posidonia que se acumula en la villa marinera. Está abierta la posibilidad de cerrar un convenio de colaboración o sacar a licitación un contrato para que este residuo pueda emplearse en la industria del textil o incluso servir de base de sustrato en la agricultura ecológica, ya que ciertos usos están permitidos en la lista europea. Desde el equipo de gobierno están manteniendo reuniones con emprendedores que proponen este tipo de salidas de la posidonia, teniendo en cuenta que en los últimos años estos restos apenas se han explotado con fines innovadores, ya que las algas ya secas sólo se han estado utilizando como cama para caballos.
