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El acuario de Santa Pola pierde veinte especies en doce años por las restricciones de Costas

El centro municipal mantiene unos 150 ejemplares en las instalaciones pero ha reducido la variedad porque los técnicos requieren de estrictos permisos para capturar en la Bahía

Una de las exposiciones del acuario municipal en el que se aprecian algunos de los peces más longevos. j. r. esquinas

El acuario municipal de Santa Pola ha perdido veinte especies a lo largo de los últimos doce años debido a las limitaciones que impone la Ley de Costas para capturar peces para este fin divulgador, según explican a este diario los técnicos del centro cultural de la villa marinera. Al parecer, la normativa se ha endurecido en los últimos tiempos y por lo tanto los trabajadores no pueden salir a la Bahía con las embarcaciones municipales para recolectar las especies, ya que precisan de varios requisitos, entre ellos tener la titulación de patrón mayor de esta barca. Por ello, el 90% de los ejemplares que se recolectan para el acuario proceden de las capturas de pescadores, que colaboran con el Ayuntamiento y ceden los ejemplares vivos. Esta situación ha provocado que la diversidad haya ido mermando y en el acuario se encuentren animales más accesibles para la pesca como las lubinas o las rayas, y se vean menos invertebrados como crustáceos y estrellas de mar, que se recogían en la costa. En total hay una treintena de especies (entre 140 y 150 ejemplares) pero la biomasa dentro del acuario se mantiene, aunque la variedad de especies se haya limitado.

Otro punto que no favorece la proliferación de más fauna marina es la carencia de líneas de investigación en el acuario municipal. Según Esteban Antón Leonís, responsable del acuario, la falta de presupuesto para esta instalación forzó a que desde hace una década se hayan perdido los contratos con biólogos para indagar en los cultivos de fitoplancton o estudiar a fondo a los signátidos como los caballitos de mar en la Bahía de Santa Pola. Al hilo, tampoco se ha actualizado la guia de especies que hay actualmente en el acuario, por lo que alguno de los nombres ya no se encuentra registrado.

El equipo de gobierno, del PP, abre la puerta a retomar alguna de las líneas científicas que se perdieron en anteriores mandatos. El edil de Cultura, Jorge Díez, reseña que por el momento no han definido ninguna estrategia aunque lo tienen pendiente,ya que entienden que se le podrían dar más salidas al acuario para que no sólo sea un lugar de exposición si no también de divulgación. Con ello, apuntan desde el ejecutivo que están en contacto con el catedrático del Centro de Investigaciones Marinas de Santa Pola (CIMAR), Alfonso Ramos,por lo que podría comenzar una nueva etapa para esta instalación municipal que no se ha potenciado en los últimos años a pesar de ser uno de los principales recursos turísticos de la villa marinera, que en 2019 batió récord con una media próxima a las 60.000 visitas, de las cuáles el 60% son de escolares y un 20% de visitantes de otros países.

Deficiencias

Con el paso del tiempo el acuario municipal ha ido acumulando, también, varias deficiencias en las instalaciones. Según Leonis, hay falta de mantenimiento en ciertos sistemas importantes para no romper el equilibrio, como la enfriadora o la filtración, debido a que la plantilla se ha reducido casi a la mitad con tres personas en los últimos meses, ya que uno de los técnicos se encuentra de baja y otro se ha jubilado. Al haber menos empleados no pueden dedicar el mismo tiempo a algunas tareas como la limpieza de filtros, que no se hace tan regularmente, aunque algunas labores esenciales como la limpieza de las piscinas y la alimentación de las especies se presta con normalidad.

Por otro lado esperan que los sistemas de control de agua o de recirculación del aire se actualicen porque los que hay son antiguos y deben realizarse de forma manual. En este sentido, desde el área de Cultura señalan que a lo largo de 2020 se repondrá el personal y avanzan que están preparando contratos para el mantenimiento del sistema de aclimatación, así como inversiones para mejorar la apariencia del acuario.

Fauna que sobrevive a cinco alcaldes

El acuario municipal conserva varios ejemplares desde que se inauguraran las instalaciones en 1983

Santa Pola inauguró el acuario municipal en 1983, y desde entonces han sobrevivido a diez mandatos y cinco alcaldes diferentes especies como dos meros, una morena y un abadejo, a los que les falta tener nombre dentro de esta pequeña familia. Desde entonces estas especies campan a sus anchas por el acuario y disfrutan de buena salud, pese a su elevada edad. Según reseña Esteban Antón Leonís, encargado del acuario, fue en los inicios cuando él mismo pescó en la bahía de la villa marinera a la pareja de meros, que hace ya más de tres décadas median poco más de tres centímetros. En la actualidad pesan unos 34 kilos, por lo que resultan unos de los grandes protagonistas del acuario por su gran tamaño. Según Leonís, han podido durar tanto tiempo porque «viven desahogadamente y se mantiene un equilibrio estable para que perduren». Sin embargo, otras especies como el congrio o el pulpo se tienen que reponer más a menudo ya que su edad media es de tres años. «Doradas como las que hay ahí yo las cogí en su época, pero ahora no hay pescado, y menos así de grande, por lo que me tengo que conformar con verlos a través del cristal», señalaba Francisco, uno de tantos visitantes que reside en Santa Pola desde hace tres años y que emplea el acuario como una vía de relajación y para recordar los viejos tiempos en los que navegaba. A excepción de este residente, los vecinos de Santa Pola son el público menos frecuente.

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