Ángel Peña presentó ayer en el Baluarte del Duque su primer libro sobre cómo Santa Pola afrontó la Guerra Civil. De origen manchego y sin apenas vinculación con la villa marinera, el escritor quiso realizar una recopilación histórica de 400 folios sobre cómo la localidad vivió esta parte de la Historia.

El libro está apoyado por la Diputación Provincial y se editarán cerca de 500 ejemplares que se repartirán por los centros educativos e instalaciones municipales.

P¿ Por qué alguien que no tiene una vinculación con Santa Pola decide escribir sobre el conflicto bélico en la villa marinera?

R Desde siempre la temática de la Guerra Civil me encanta, porque me lo inculcó mi abuelo y me da lo mismo izquierda que derecha. Hace tres años hicimos las primeras jornadas de Historia en Santa Pola sobre la vida cotidiana del soldado en la Guerra Civil y le pregunté al director del archivo si tenían algo escrito. Me comentó que habían tres o cuatro artículos pequeños y por eso me decidí a cubrir cómo la guerra influyó en los sectores de la vida pública y privada.

P ¿Qué aspectos abarca su obra?

R Desde el 18 de julio hasta el fin. En el libro se habla de cómo cambió el puerto, los hospitales,del cambio de las calles, los refugiados que llegaron o toda la vida social y militar en Santa Pola, porque por ejemplo allí nadie sabe que hubo un destacamento con capitalidad, que es ahora la fortificación en la Sierra.

P ¿A qué vías acudió para documentarse?

R Me he recorrido toda España. Además de visitar el archivo municipal de Santa Pola, que está completísimo, o el naval de Cartagena, también he estado en otros como el del Centro Documental de Memoria Histórica de Salamanca, en el Archivo General Militar de Ávila y Guadalajara, en el del Ejército del Aire en Madrid, el de la Marina Álvaro de Bazán o en el Viso del Marqués de Ciudad Real, entre otros.

P ¿Se basó también en testimonios de vecinos de la villa?

R La gente es un poco reacia a hablar de ese tema todavía, pero hablé con Miguel Candela que es una eminencia y era pequeño cuando le ocurrió. Además, todo lo que me decía aparecía en los documentos, por lo tanto, es fiable.

P ¿Qué objetivo espera cumplir con esta publicación?

R La Guerra Civil forma parte de nuestra historia y la gente sigue teniéndole miedo y pensando en bandos azules y rojos. Mi abuela siempre me decía que vivimos en un país muy raro, seguimos así después de cuarenta años y quiero que eso se acabe ya, no lo concibo. Europa, Alemania se rehicieron y nosotros tenemos que dar esa parte a conocer.

P Uno de los capítulos de su libro habla de las incautaciones que se realizaban a nivel militar.

R Sí, por ejemplo a nivel religioso se incautaron tres edificios como el templo parroquial de la Mare de la Asunción o la capilla que estaba en el Castillo, mientras que incendiaron dos ermitas más. No sólo abarca lo religioso, también se incautaron vehículos, camiones, viviendas y parcelas para hacer cooperativas agrícolas.

P ¿Cómo se vivió en el sector pesquero?

R En Santa Pola lo que más habían eran embarcaciones y todas pasaron a ser propiedad del Estado. Los patrones y marineros seguían trabajando pero dependían de un estamento. Los marineros pasaron a ser militares, pero eso no dejaba que siguieran pescando. Incautaron todo, por ejemplo el servicio de tren del ejército que se encargaba del transporte de mercancías incautó la llamada embarcación «la India», y el grupo de carabineros, otras. Pero todo ya pasó y está restablecido con normalidad.

P ¿Qué problemas de abastecimiento habían?

R De pan y otros productos de primera necesidad como el ajo, y la verdura y la carne también. Aunque el pescado no faltaba y por eso grupos de milicianos salían a hacer el trueque con otros municipios. Gente de Valencia venía con arroz a cambio de pescado e igual ocurría en Elche donde se cambiaba por harina, entre otros casos.