En unos meses se cumplirán diez años desde que el hotel JM (conocido como Rocas Blancas) de Santa Pola cerrase sus puertas para siempre tras irse a la deriva en 2010 a causa de la crisis económica. Desde entonces el abandonado inmueble se ha convertido en un foco de insalubridad y objeto de actos vandálicos como el que sucedió hace una semana, cuando el parque de bomberos de Elche tuvo que sofocar las llamas que ocasionaron un grupo de adolescentes que entraron al recinto privado y quemaran un colchón y matorrales en uno de los ascensores del hotel. Para prevenir este tipo de conductas, desde el equipo de gobierno señalan que remitirán un escrito a la entidad bancaria que asume la propiedad del inmueble instándola a mantener el edificio y a tapiar los accesos con el objetivo de prevenir nuevos capítulos de vandalismo.

En materia de seguridad, desde el ejecutivo local descartan que puedan ampliar la cobertura de la Policía Local en la zona porque se trata de una propiedad privada,y tampoco ha trascendido si la Administración local podría emplear sanciones a los titulares para que el inmueble no continúe degradándose. En multitud de ocasiones este tipo de hechos delictivos han sido denunciados ante la Guardia Civil y la Policía Local, ya que al menos se han detenido a diez personas en los últimos años por intentos de robo, ocupación ilegal y destrucción de la propiedad. Por ello, lo que en la idea original iba a ser un hotel de ensueño referente en la villa marinera, se ha convertido en una de las peores imágenes para el municipio, a la altura de la carretera nacional 332.

El hotel no tiene ventanas, hay cristales rotos y ascensores descolgados. La piscina también quedó al descubierto con el tiempo a causa de una rotura de los ventanales exteriores.

Está repleto, además, de pintadas que hace cinco años aparecieron en la fachada y la azotea, y que fueron obra de un grafitero que en su momento fue detenido en Torrevieja. En este punto, en varias ocasiones los diferentes gobiernos locales han instado al propietario a hacerse cargo del mantenimiento. Desde el PSOE indican que durante el anterior mandato instaron en repetidas ocasiones a la entidad bancaria a reforzar las medidas de seguridad, que en la práctica se han reducido a que el propietario haya colocado un cartel avisando de que si entra alguien ajeno estaría incurriendo en un allanamiento, aunque las advertencias no han servido de mucho ya que en 2018 se repitió el mismo caso de unos jóvenes que prendieron un colchón en el interior del inmueble.

Fracaso

Este hotel de tres estrellas hasta hace cuatro años se promocionaba en webs de reservas (a pesar de llevar seis cerrado) como un palacio de cristal con rocas blancas, de ahí el nombre. Sus propietarios presumían de gozar de las mejores vistas de la Bahía de Santa Pola hasta que el número de pernoctaciones comenzó a bajar, los números no salieron y finalmente se enfrentaron a una actuación hipotecaria, hasta que una entidad bancaria asumió el edificio. También se especuló con el hotel y dos años después del cierre una banda de narcotráfico intentó adquirirlo para convertirlo en uno de los prostíbulos más grandes de Europa. Desde el Ayuntamiento señalan que en los últimos años no se ha presentado ninguna propuesta para buscar una salida al edificio hotelero y que pueda ponerse en valor. El hotel dispone de 190 habitaciones que en su momento estaban totalmente equipadas, incluso contaba con un spa, que era uno de los mejores atractivos para los huéspedes, según los registros de comentarios en los portales turísticos. El edificio se utilizó para celebrar grandes eventos como banquetes de boda o encuentros de equipos de fútbol del panorama mundial.