El barco museo de Santa Pola podrá transformarse a medio plazo en una experiencia totalmente didáctica e inmersiva a través de la realidad virtual, ya que el Museo del Mar ha comenzado a redactar un proyecto para incorporar esta nueva tecnología dentro de la embarcación, propiedad del Ayuntamiento. El objetivo es que las visitas guiadas puedan ser bastante más completas, ya que los usuarios podrían conocer sin entrar en el mar cómo es una jornada de pesca, qué movimientos hacen las máquinas, por donde salen las redes o qué sonidos se aprecian durante una tormenta, todo para conocer de cerca el oficio de este gremio, que por su historia en el desarrollo de la villa marinera es tan reconocido. Así, los turistas podrán sentir que este barco de la década de los ochenta zarpa sin que se mueva ni un milímetro.

La misión es que las futuras visitas sean para grupos aunque todavía tiene que perfilarse el proyecto, que podría ser asumido en las próximas convocatorias de ayudas que recibe el Grupo de Acción Local de Pesca Bahía de Santa Pola-Guardamar (Galp). Sin embargo, una innovación que llegará más pronto es la de incorporar la tecnología 3D en dos salas del museo para que los visitantes descubran a través de las gafas, tipo google glass, cómo se preparaba la salsa «garum» en la factoría romana de salazones que hay en el yacimiento de la Picola, que data entre el siglo cuarto y sexto después de Cristo.

Este centro municipal podrá financiar el proyecto con los cerca de 28.000 euros que ha recibido al resolverse las ayudas que gestiona el Galp, por lo que está previsto que se ponga en valor a partir de 2020, ya que antes tendrá que realizarse la licitación, que según las timaciones de los técnicos se iniciaría a partir de enero y deberá ejecutarse a lo largo del próximo año para no perder la ayuda. En esta incorporación museística han trabajado un equipo de arqueólogos de la Universidad de Alicante (UA) como el catedrático Jaime Molina, que ha realizado campañas sobre el yacimiento, y junto a ingenieros de Patrimonio Virtual de la UA tomarían medidas con los volúmenes reales para modelar de manera virtual este patrimonio marítimo, que el usuario podrá conocer con explicaciones en diferentes idiomas. Para esta tecnología ya están acondicionadas dos salas negras, y la idea es que en este caso sea una experiencia individual.

Según Maria José Cerdá, directora del Museo del Mar, ambos proyectos antes mencionados son importantes a nivel turístico, aunque el objetivo final es que haya un hilo conductor a la hora de interpretar el patrimonio, «por eso estamos trabajando en diferentes proyectos de la cultura marinera del municipio y la naturaleza portuaria desde la antigüedad».

Campaña

En los últimos días ha comenzado una nueva campaña de excavaciones en el yacimiento del Portus Ilicitanus, aprovechando que el entorno sigue poniéndose en valor a través de los fondos Feder para musealizar el enclave. En este caso un grupo de voluntarios, la mayoría estudiantes del master de Arqueología de la UA, estarán trabajando hasta mediados de diciembre sobre un edificio que se halló en los últimos meses. Al parecer es de época romana y podría tener más valor que los almacenes portuarios que se han hallado sobre la zona, ya que han determinado que la construcción es diferente y los muros son de sillares. Esta campaña está asumida por el Ayuntamiento en colaboración de la universidad con expertos como el arqueólogo Juan Fran Álvarez, y paralelamente continúan los trabajos del Feder, ya que se ha ampliado el plazo hasta mayo para culminar el proyecto.