Crevillent evocó por unas horas ayer algunos de los paisajes más encomiables de África con infinidad de coloridos, texturas y formas de vida de diferente tribus. Después de un sorprendente rapto al Ra'is en el castillo de la Plaza de la Constitución, cerca de mil festeros del bando de la media luna desfilaron ayer por la tarde en la tradicional Entrada Mora que culminó por todo lo alto con la aparición del capitán moro, la Sultana Omeya y la sultana infantil, Julio López Lledó, Victoria Momplet Llorens y Julia Martínez, que encandilaron al público encima de una gran carroza que simulaba un palacio señorial de corte oriental.

Los Omeyas, que este año se hacían con la capitanía, cumplieron sus pronósticos de hacer fiesta, música, baile y espectáculo, ya que mientras recorrían el centro del municipio alfombrero junto a Marroquíes, Moros Viejos Tuareg, Benimerines, Beduinos y Berberiscos, tanto festeros como las ocho bandas de música y los seis ballets que compusieron el boato fueron cambiando el ambiente en el desfile.

A lo largo del itinerario, desde la calle San Tomás, pasando por la Avenida de Madrid hasta la plaza de la Constitución fueron desfilando y el grupo de baile Gawazi de Alcoy puso varios toques orientales con indumentarias rojas, azules y verdes que simbolizaban la pasión, los mares y el color de los Omeyas, que dirigían el boato.

Los festeros masculinos se organizaron por escuadras y se homenajeó al capitán abanderado de 2013 y a la sultana, José Ángel Adsuar y Ana María Jiménez, que dirigieron una fila especial con todas las reinas y sultanas de su año. También se aprovechó para rendir tributo a aquellos festeros que ya han abandonado los desfiles como Joaquín López, que ejerció de sargento como cargo de honor.

Armados con espadas y enarbolando banderas que representaban toda la lucha y guerras que marcaron el devenir de la dinastía de la comparsa se presentaron a los cargos entre capitanías, y se sucedió un espectáculo de aros y fuego, donde también participaron los especialistas de la compañía Baluarte. Junto a los despampanantes trajes especiales de los festeros ocho bailarinas del ballet Masters de Onteniente dieron forma a una gran jirafa para recrear una sabana empleando técnicas que a muchos visitantes les resulto hipnóticas al complementarse con una danza trival.

El ambiente cambió y los bailes trajeron a la mente a Turquía con movimientos místicos y espirituales, que antecedían poesías árabes como la Lamma Badá. Al final del boato, a caballo dos jinetes portaron las enseñas de la Capitanía y se representaba los salones de tronos de los palacios de cuentos árabes donde se encontraban el capitán, la sultana Omeya y la sultana infantil, que se mostraron emocionados por el calor de su pueblo. Hoy será el turno del bando de la media cruz con la Entrada Cristiana, que está prevista también a partir de las 18.30 horas y seguirá el mismo recorrido por el centro.