El pasado lunes se exhumó el cadáver del escultor Mariano Benlliure Gil (1862-1947) en el cementerio del Cabanyal, por un caso de filiación y a petición de Lucrecia Benlliure Galán, nieta de Mariano Benlliure y presidenta de la fundación que lleva el nombre del artista en Madrid. Según el auto judicial al que ha tenido acceso INFORMACIÓN, Benlliure Galán habría demandado a hasta media docena de descendientes de los hermanos de Mariano Benlliure, además de los «ignorados herederos de Gerardo Benlliure Morales» (primo del escultor).

Así, el auto revela que Lucrecia Benlliure ha solicitado la «práctica de la prueba pericial biológica interesando la exhumación del cadáver de Mariano Benlliure así como de José Luis Mariano Benlliure López de Arana, al objeto de determinar que el primero es padre biológico del segundo y, en consecuencia, abuelo biológico de la demandante». El documento añade la «impugnación de paternidad reconocida por Gerardo Benlliure Morales».

«Confirmar, corroborar y comprobar lo que se sabe pero que no está documentado de forma exhaustiva». Estas son, según el secretario de la Fundación Mariano Benlliure, Julián Enseñat, las únicas razones que han llevado a Lucrecia Benlliure, nieta del escultor, a solicitar la extracción de muestras del cadáver de su abuelo y de su padre -el arquitecto José Luis Mariano Benlliure López de Arana- para «determinar que el primer es el padre biológico del segundo» y, en consecuencia, también el «abuelo biológico» de ella.

«En el ámbito de estudio y catalogación de la trayectoria personal y artística de Mariano Benlliure que realiza la fundación -explicó Enseñat en declaraciones a este diario-, se han querido confirmar unos datos de filiación que, por otra parte, estaban claros». «En el registro civil había unos datos que faltaban y que ahora se quieren completar a través de la obtención de pruebas biológicas», especificó.

No hubo matrimonio

Aunque el abogado no quiso apuntar a los posibles motivos de la ausencia de esos datos de filiación, otras fuentes cercanas a la familia consultadas por este periódico sí apuntaron que tendría que ver con el hecho de que Mariano Benlliure y la cantante Lucrecia López de Arana Fernández, padres de José Luis Mariano, nunca estuvieron casados.

Y es que, cuando en 1895 Benlliure conoció a Lucrecia en plena temporada de verano del Teatro Príncipe Alfonso de Madrid, el artista valenciano estaba casado con Leopoldina Tuero O’Donell, con la que había tenido dos hijos (Nini y Mariano) que años después murieron sin tener descendencia.

José Luis Mariano López de Arana nació el 5 de julio de 1898 y, aunque fuera del matrimonio, desde el principio fue reconocido por su padre y llevó su apellido. Pese a ello, Mariano no se divorció oficialmente de su esposa Leopoldina hasta 1933, cuando Lucrecia ya había fallecido y cuando el escultor mantenía una relación con otra mujer, Carmen de Quevedo, con la que no tuvo hijos.

Así pues, el empeño ahora de Lucrecia Benlliure en demostrar que su padre es hijo natural de su abuelo tendría que ver con que aquel no aparece como tal en el Registro Civil (cabe recordar que nació en 1895). «El único fin de las pruebas biológicas es demostrar que la filiación es correcta. Pero no es por ninguna denuncia ni porque alguien lo haya puesto en duda, sino que se hace únicamente para cumplir con los fines de la fundación de investigar y preservar y catalogar la obra artística y personal de Mariano Benlliure y documentar fehacientemente su trayectoria», insistió Enseñat que, además de abogado y secretario de la fundación, es hijo de Lucrecia Benlliure y biznieto del escultor.

Exhumación

La extracción de las muestras biológicas del cadáver de Benlliure tuvo lugar el lunes en el cementerio de El Cabanyal, en Valencia, por orden del Juzgado de Primera Instancia número 16 de Barcelona, que es donde Lucrecia Benlliure presentó la demanda de filiación. A este respecto, el abogado quiso aclarar que sus familiares figuran como demandados con el único fin de que «contesten que están de acuerdo con que se ordene la práctica de la prueba. Y todos han contestado que se allanan a esta petición». «Por eso, aunque pueda parecer que existe un litigio entre los familiares, nada más lejos de la realidad», aclaró.

Queda un punto que el abogado y biznieto de Benlliure no quiso aclarar. En su demanda, además de las pruebas periciales biológicas en los cadáveres de su padre y de su abuelo, Lucrecia también ha pedido la «impugnación de paternidad reconocida por Gerardo Benlliure Morales». «No puede entrar en eso porque pertenece al ámbito personal», señaló.

Historial amoroso

Mariano Benlliure Gil fue hermano de los también artistas Blas, José y Juan Antonio. El historial amoroso de Mariano Benlliure, pese a la época en la que vivió, fue de todo menos tranquilo. A finales del siglo XIX se separó de su esposa Leopoldina Tuero O’Donell (1868-1952) con la que había contraído matrimonio en 1886. Apenas cuatro años después se unió sentimentalmente a Lucrecia López de Arana (Haro 1871 - Madrid 1927), cantante de ópera con la que tiene un hijo, José Luis Mariano Benlliure Arana, quien se casa con Soledad Galán, padres de la demandante. En 1929 Mariano Benlliure vuelve a unirse sentimentalmente con Carmen de Quevedo Pesannha con la que convivirá hasta el momento de su muerte.

Obra

Su obra es extensa y abarca los diferentes géneros, tipologías y técnicas. Tan solo en escultura monumental realizó más de 50 obras destinadas a las principales ciudades españolas e hispanas. Uno de sus trabajos más célebres en València es el sarcófago que creó en 1935 para el escritor y político Vicente Blasco Ibáñez. En Crevillent se encuentra el Museo Monográfico Mariano Benlliure, donde se exponen 332 obras, de las cuales 200 son modelos y 132 obras acabadas. A su vez, la Semana Santa crevillentina, que Benlliure conoció durante un Viernes Santo, procesiona ocho grupos escultóricos del artista valenciano.

«Perseguir las copias y las falsificaciones»

Julián Enseñat recordó que, además del estudio de la obra de Mariano Benlliure y de «documentar de forma fehaciente su trayectoria», la fundación que lleva su nombre también persigue otros objetivos como ayudar a las fuerzas de seguridad a la hora de «perseguir las informaciones falsas, las copias no autorizadas y las falsificaciones» que se hacen de la obra del escultor.