Santa Pola cerró ayer sus fiestas tras nueve intensas jornadas de la mejor forma posible. Su patrona, la Virgen de Loreto, lució por todo lo alto durante la procesión en su honor, un desfile que partió desde la ermita y que recorrió las principales calles del centro de la villa marinera (Cruz, Colón, Mercado, Mayor, Ángel, Elche...) hasta desembocar en el castillo, fortaleza que ha sido el escenario de los actos más solemnes de las fiestas.

La lluvia, que hizo acto de presencia durante el desfile multicolor del viernes y que tuvo en vilo a los festeros el sábado en las horas previas a la ofrenda floral, no estuvo presente ayer y permitió que el día grande de la patrona se pudiera vivir en todo su esplendor. Ya entrada la madrugada estaba previsto que el castillo de fuegos desde la playa de Levante, con el disparo de la anunciada «potente bomba final», fuera el colofón de la celebración.

Los devotos no quisieron perderse ayer la procesión y miles de personas se dieron cita en torno a su recorrido para venerar la imagen de la Mare de Déu. La guardiana de la localidad costera volvió a ser la protagonista de unas fiestas que quedarán en el recuerdo de todos los santapoleros, que en apenas nueve días han podido disfrutar con la majestuosidad del asalto moro y la posterior reconquista de los cristianos en la trilogía de los Moros y Cristianos, actos más divertidos como la peculiar banyà en cerveza o el desfile multicolorbanyà de la Unió de Festers y encuentros más solemnes, como la ofrenda del sábado, que duró más de una hora y que dejó un manto de flores como homenaje a la patrona.

Los fieles a la alcaldesa honorífica pusieron el broche de oro a los intensos días de fiestas exhibiendo todo su fervor. Las velas tampoco faltaron para iluminar el recorrido y cumplir un año más con la tradición. Santa Pola despidió de esta forma sus fiestas hasta el próximo verano y da el relevó a Crevillent, que ya está lista para vivir sus días grandes.