Los coches mal estacionados y las caravanas acampadas en primera línea protagonizan la estampa de este verano en la zona del Cabo de Santa Pola. Vehículos agolpados en los márgenes de las carreteras, entre los pinos y explanadas valladas o casi directamente en la arena es una práctica que se ha extendido desde el mes de julio en este enclave y que sobre todo salta a la vista los fines de semana.

La picaresca por parte de los conductores que buscan dejar sus coches y caravanas lo más cerca del mar no es nueva en los lugares de playa. Pero, en el caso de Santa Pola sí que contrasta con otros veranos en los que estas infracciones estaban más perseguidas y el aluvión de coches mal aparcados no era como el de ahora en el camino del faro.

Cada día, es muy común ver cómo los usuarios de las caravanas despliegan sus toldos, montan sus sillas, sus mesas y pasan el día allí frente a las calas y con unas vistas privilegiadas: la isla de Tabarca. El estacionamiento está permitido en algunos puntos, pero de ningún modo la acampada, ni tampoco pernoctar en todo el cabo, al encontrarse dentro del límite público marítimo terrestre. Mucho más predominante que las caravanas son los conductores de vehículos que se meten casi en la playa a pocos metros incluso de las toallas y de las sombrillas. Algunos relatan el «alivio» que supone ahora poder aparcar tan cerca del mar, pero otros lamentan cómo se está degradando el enclave natural y erosionando el terreno y la vegetación, ya que muchos se saltan el vallado de madera instalado durante el anterior mandato para proteger el lugar.

Durante los últimos dos años, el Ayuntamiento de Santa Pola se puso firme con el estacionamiento irregular en este enclave que aspira a ser paraje natural municipal. En el ejercicio pasado, de hecho, el gobierno local recibió la autorización de la Dirección General de Costas, del Ministerio de Transición Ecológica, para poder sellar los accesos irregulares que se han ido originando al margen de la carretera en terrenos bajo la jurisdicción estatal. A raíz de ahí, colocaron barreras y reforestaron algunas zonas, con la intención de que solo se aparcara en terrenos habilitados del antiguo Chiringuito azul, frente a la Cala dels Gossets y en la última en la playa de la Ermita.

Ante el descontrol de este verano, Compromís pidió en julio al ejecutivo local que continuaran las inspecciones policiales en el Cabo para frenar la acampada masiva de autocaravanas en el espacio natural. Desde el equipo de gobierno evitaron ayer pronunciarse al respecto.