Acceder al mar con una embarcación de recreo es toda una carrera de obstáculos para aquellos que quieren hacer uso del único gratuito canal de entrada y salida de barcos que hay en Santa Pola y en toda la comarca del Baix Vinalopó. El estado del enclave, situado en el Bancal de l'Arena, bajo el faro, se convierte en un quebradero de cabeza para los cientos de usuarios que se desplazan a esta zona desde diferentes puntos de la provincia para navegar hasta Tabarca.

Los tablones de madera están destrozados, con las astillas fuera y clavos que llegan a pinchar las ruedas de los vehículos o de los remolques que arrastran las motos de agua o barcas hasta el mar. Así es el panorama diario para los amantes del mar. Una vez superados los escollos de la rampa llega otro desafío: conseguir meter o sacar la embarcación del agua sin quedarse atrapado con el vehículo en la arena.

El problema, tal y como critican los usuarios, es que la rampa no llega hasta la orilla, por lo que cuando se acercan al mar para arrastrar los barcos o las motos de agua, las ruedas de los coches muchas veces acaban patinando y quedándose clavadas en la arena. La situación acaba poniendo en apuros a los conductores por no poder salir del lugar y hace que muchos acaben pidiendo ayuda para poder retirar sus vehículos de la zona.

El mal estado del acceso hace que las quejas sean continuas todo el año, pero sobre todo en verano, cuando los aficionados a la navegación se multiplican y acuden a Santa Pola. El clamor en esta zona es la necesidad de mejorar la rampa y de que el Ayuntamiento realice un mantenimiento diario al ser un punto muy concurrido y de atracción para las embarcaciones. Y más aún porque es el único que hay. Por ello, los aficionados urgen la apertura de más accesos y mejor habilitados en una localidad costera como la de Santa Pola, debido al tirón que tienen las embarcaciones de recreo y la cercanía de Tabarca.

Cerrada hace tres años

Hace tres años, el Ayuntamiento decidió clausurar la rampa situada junto al Club Náutico, también gratuita, por problemas de tráfico y desde entonces el colapso y las quejas son una constante en la zona del Cabo.