Santa Pola deslumbra a los turistas en verano por sus más de 12 kilómetros de playa, pero para quiénes buscan actividades alternativas a darse un baño por el litoral, la villa marinera también es referencia desde hace décadas como punto de encuentro de parapentistas. Cerca de 3.000 turistas se lanzan, de media al año, a 186 metros desde el nivel del mar para explorar el mundo desde las alturas, siempre que las condiciones meteorológicas lo permiten. Esta práctica deportiva está extendida en la localidad desde los años ochenta y hoy se ha pasado del ala delta a una tecnología puntera con estos descendientes del paracaídas, más seguros para lanzarse al vacío. Aún y así, aunque la pista donde se desarrolla la actividad es una de las mejores del país, todavía necesita algunas mejoras para aumentar la comodidad y seguridad de los usuarios al despegar y aterrizar.

Desde el Club de Vuelo de Santa Pola, entidad que tiene cedido el espacio, tienen proyectada desde hace tiempo una capa de césped artificial que recubriría la pista para evitar que los usuarios sufran daños al impactar sobre el suelo. Plantean instalar, además, bancos y carteles informativos para evitar imprudencias como sobrevolar por zonas pobladas o no hacer caso a la velocidad del viento, ya que no deben sobrepasar los 16 kilómetros por hora para volar.

Desde el club reseñan que hay muy pocos casos de temeridad, pero reconocen que se deben extremar las precauciones porque hay usuarios que incumplen las normas de vuelo, como deportistas extranjeros ajenos a la entidad que desconocen la normativa de la Federación de Deportes Aéreos de la Comunidad Valenciana (FDACV), y que tampoco tienen indicativos que les guien cuando llegan al lugar.

Para buscar una solución al problema, los miembros del club de vuelo se han reunido en los últimos días con el equipo de gobierno para obtener una autorización con la que incorporar estos medios, aunque la luz verde a estas actuaciones la dará un informe que ha encargado el Consistorio para estudiar si es técnicamente posible que puedan acometerse estas medidas, teniendo en cuenta que la pista está en monte público y compartida con la Urbanización El Olivo del Oro de Gran Alacant.

Conflicto

Durante más de una década ha existido un conflicto de intereses entre los vecinos de este núcleo residencial y los deportistas, que incluso ha acabado en los juzgados. Algunos residentes vienen denunciando todo este tiempo que los deportistas les invaden su intimidad ya que algunos de ellos sobrevuelan las viviendas, incumpliendo la norma, en lugar de dirigir el vuelo hacia el Cabo para no importunar a los residentes, según explica un vecino. Por otro lado, desde la urbanización se pretendía construir un muro perimetral para aumentar la zona de ocio privada que lastraría esta actividad deportiva, a pesar de que hay documentación que refleja que es una zona de vuelo que debe respetarse, y que está controlada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, el Ayuntamiento y la FDACV. Sin embargo, finalmente las aguas entre ambos sectores están calmadas y queda pendiente que se cumpla un acuerdo por el que los parapentistas tendrían espacio para la actividad y los residentes dispondrían de un pequeño perímetro, según el club. Por otro lado, los deportistas insisten en que deberían culminarse los accesos a la zona de vuelo, porque hay tramos escarpados.

Ordenanza

Desde el Club de Vuelo de Santa Pola indican que han entregado un borrador al Consistorio porque esperan que se elabore una ordenanza local para regular el vuelo y plantean un sistema de registro online de los usuarios.