«El mundo está lleno de inventores pero estamos escondidos» Esa es una de las conclusiones a las que ha llegado el santapolero Paco García, un septuagenario que desde hace años tiene la misión de representar en pequeña escala algunos fragmentos de la historia, tanto local como de las civilizaciones que nos han precedido, a través de tallas de madera y otros materiales donde emplea varias técnicas. Este es un trabajo hecho con mimo y a veces incomprendido o no tan valorado como otras aficiones. Ha llegado al punto de que su legado ha ido aumentando con el paso del tiempo pero su pequeño y humilde taller en el que invierte horas ya no puede albergar ni una pieza más.

Ansiaría compartir con los demás el arte que brota de sus manos «porque la máxima de un artesano es hacer una exposición, que vea todo el mundo el trabajo que haces», señala este artista local que a nivel profesional ha realizado incontables trabajos como ebanista. Le apena que hasta la fecha no haya sido posible encontrar el apoyo institucional para que los artistas como él dispongan de un espacio respetable para mostrar estos trabajos, porque al final sienten que todo el esfuerzo por mostrar realidades en pequeña escala al final no termina saliendo de las cuatro paredes en las que se confeccionan estas obras. Este santa polero es uno de los miembros del colectivo Hobby-Art, una asociación que se fundó en 2004 con el fin de congregar a aficionados del coleccionismo, la artesanía o la tecnología,entre otras disciplinas, para compartir experiencias.

En la actualidad a la asociación le cuesta despegar porque, por un lado, no hay relevo en la asociación, la mayoría de integrantes (unos diez) son de avanzada edad y resulta complicado atraer a jóvenes para formar parte del colectivo, y por otro lado no cuentan con una sede lo suficientemente amplia para guardar colecciones o incluso realizar talleres para que la gente se enseñe, tal y como señala Antonio Dolls, presidente del ente, que indica que durante años han intentado que la Administración local les ceda un espacio para realizar exposiciones que duren más de un día, que podrían ser un atractivo más para Santa Pola.

Desatendidos

Entienden que la villa marinera es cuna de artistas y hay más artesanos que se encuentran en la misma disyuntiva, ya que durante años se han dedicado a crear a título particular, pero cuando se hacen mayores se dan cuenta de que disponen de un legado que muchas veces no resulta atractivo para la familia, que pueden llegar a verlo como una pérdida de tiempo, y tampoco encuentran el apoyo particular ni público para garantizar el futuro de las obras.

En este sentido, hay artesanos que apuntan a que en Santa Pola no han encontrado la manera de ceder este patrimonio para que pueda ser visitable y sí que han visto las puertas más abiertas fuera de la localidad. En cuanto a alternativas, los artistas ponen como ejemplo algunos enclaves que serían muy representativos para mostrar estos trabajos como el Centro de Artes y Ciencias Maribel Pérez Ojeda, aunque todavía tienen que desarrollarse varias fases para poner en valor la finca.

Desde Hobby-Art están continuamente ideando diferentes formas de expresión que viajan al pasado como la capacidad de Paco García para realizar miniaturas que explican la historia y costumbres del pueblo pescador a través de dioramas, representar en miniatura la Venida de la Virgen de Loreto y hasta personajes de la Guerra Civil y repaso por las culturas. Otros van más hacia el futuro como Antonio Dolls, que a sus ochenta años no se cansa de inventar, como el caso de un hotel imaginario hecho con la caja de una botella de champán que se ilumina y gira gracias al motor de un microondas. Ahora está exprimiendo al máximo las posibilidades que tienen la fibra óptica para la iluminación. Ejemplos de cómo el arte y la innovación no envejecen.