Santa Pola del Este se reivindica para mejorar el núcleo residencial. Una de las mayores preocupaciones para los vecinos de este sector de la villa marinera es el mantenimiento de las zonas comunes. Lamentan el estado de deterioro que presentan los parques y jardines, ya que aseguran que hay falta de reposición de arbolado cuando los ejemplares se secan a causa del escaso riego que reciben, por lo que se confiere al lugar una sensación de abandono que choca con la estética de esta zona, repleta de chalets y adosados junto al mar.

Este es uno de tantos problemas que ha detectado este año el colectivo de vecinos, que se reunió recientemente en asamblea general para repasar las deficiencias en el barrio y también para designar a la nueva presidenta de la asociación de vecinos, María Luisa Pomares, que coge el testigo de la artista local Maria Dolores Mulá, que ha estado al frente del ente por 15 años y presentó su dimisión para renovar la junta, aunque señala que seguirá activamente dentro del colectivo para bregar por los derechos en Santa Pola del Este. En esta reunión los residentes expusieron las deficiencias que detectan en la vía pública. Además de la poca limpieza en zonas verdes, reseñan que en el paseo del Vicealmirante Blanco sigue vigente el conflicto entre viandantes y ciclistas. Los vecinos ya denunciaron en este diario el pasado verano que el paseo no cuenta con ninguna limitación de velocidad expresa para que los deportistas circulen por el itinerario de 1,7 kilómetros y cuatro metros de ancho. La estampa que se presenta en varios puntos del día, según los residentes, es algo caótica ya que al mismo tiempo coinciden ciclistas, niños y mayores que tienen poca amplitud para transitar.

Desde la asociación de vecinos indican, incluso, que hay un mal planteamiento del carril bici, ya que en lugar de situarse sobre la fachada marítima, está en la parte más cercana al acceso de las viviendas, por lo que denuncian que en más de una ocasión los residentes se han llevado un buen susto cuando abrían la puerta y en ese momento pasaba una bicicleta a solo unos centímetros de ellos. Aún y así, son pocos los ciclistas que pasan por este supuesto carril, ya que además de ser extremadamente estrecho tampoco está señalizado como tal. En cuanto a la petición que le hicieron hace un año al cuatripartito para que se colocasen carteles que avisen que el enclave es de uso compartido y donde la prioridad recae en el peatón, finalmente no se ha puesto en marcha esta demanda.

En contraposición a la buena calidad de las playas, con bandera azul, los residentes también piden que se estudien la calidad de los vertidos que desembocan en un pequeño canal entre viviendas cerca del paseo, ya que han observado que hay cierta pestilencia sobre el lugar y lo achacan al mal estado de la red de alcantarillado. Reclaman que se hagan analíticas del agua en este punto para comprobar si hay riesgos para la salud de los vecinos.

Hace varias décadas los residentes de Santa Pola del Este gozaban de un centro de ocio privado con piscina, servicio de restauración y hasta pista de baile o mini golf que le daba cierto empaque a la zona. Con el paso del tiempo el enclave dejo de ser atractivo y cayó en desuso, hasta el punto de que estas instalaciones están totalmente abandonadas desde hace más de una década y sobre las paredes pesan infinitas pintadas que dan un aspecto de degradación a la zona. El colectivo de vecinos señala que instarán al Ayuntamiento para que se adecente el entorno, ya que denuncian que puede ser un foco de insalubridad. Según indican fuentes municipales, les consta esta denuncia ciudadana y aseguran que pondrán medidas para que el propietario limpie el recinto.

En un principio este complejo estaba asentado en suelo de uso deportivo y con las modificaciones del plan general terminó clasificado de uso hotelero, a pesar de que los vecinos están en contra de que se desarrolle un hotel en la zona por el impacto que puede ocasionar si las alturas que se levantan limitan las vistas para ciertos residentes. Sin embargo, el grupo promotor que gestiona el solar, grupo Don Sento, reconoce que el sector genera interés porque cada día reciben llamadas de usuarios que preguntan cuando se pondrá en marcha, pero señalan que todavía no hay un proyecto cerrado y que vendrá a medio plazo respetando las alturas.

Entre las demandas más frecuentes también se encuentra el transporte. Los vecinos agradecen que exista una línea que los comunica con el núcleo urbano a cada hora, pero en plena temporada estival el último servicio es entre las 21 y las 21.30 horas, por lo que agradecerían que la empresa extendiese la cobertura un par de horas más por la noche, teniendo en cuenta que Santa Pola es zona de gran afluencia turística y los residentes apenas tienen servicios de ocio en este sector, ya que apenas se contabilizan tres restaurantes. Tampoco gozan de tiendas de alimentación, a pesar de que hace unos años existía un establecimiento de venta de artículos de primera necesidad que terminó cerrando, teniendo en cuenta que esta es una zona en la que predominan las segundas residencias, la población es flotante y suele bajar de forma considerable fuera del verano, por lo que es complejo atraer inversores por la inestabilidad de las ganancias.