Suele ser habitual que residentes y turistas de Santa Pola acudan a los lavapiés para retirarse la arena después del baño y se encuentren con que no funcionan. Esta situación suele ocurrir en zonas del litoral como las playas de Varadero y Carlotti y la explicación a esta deficiencia se encuentra en el mal estado de la red de bombeo de la villa marinera, que es antigua y con falta de mantenimiento, según el Consistorio. Para solucionar el problema, el ejecutivo local ha gestionado la adquisición de unas bombas, que ayer se instalaron, que permitirán aumentar la presión del agua que se conducirá por los 2 kilómetros de red. Con ello confían en que podría solventarse de manera provisional la deficiencia que tantos usuarios critican, porque, al parecer, las bombas se queman y quedan inoperativas después de funcionar continuamente para cubrir el caudal de fuga y el consumo de los usuarios.

Los residentes han elevado quejas hasta en las redes sociales por esta situación y también justo por la contraria, cuando el agua se derrama y filtra a la arena. Desde el Consistorio señalan que están intentando poner todos los medios necesarios para que no se revierta el problema, aunque reseñan que la responsabilidad es de la Agencia Valenciana de Turismo, propietaria de los lavapiés, que contrata a la empresa publica Tragsa para el mantenimiento. Según el edil de playas, Jorge Díez, en el caso de Santa Pola, Tragsa subcontrata a una empresa de fontanería de la localidad a coste cero para el Ayuntamiento, ya que el personal municipal no puede hacer mantenimiento de los lavapiés, y sólo puede apoyar a la empresa mediante equipamiento y maquinaria cuando lo necesite.