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Crevillent duplica las licencias de actividad en cinco años pero el comercio es inestable

El Ayuntamiento otorga 170 licencias de actividad en el último año pero abundan los nuevos establecimientos que abren y cierran sin llegar a afianzarse en la localidad

Una de las zonas comerciales del centro donde hay algunos negocios cerrados desde hace meses. J. R. E.

La situación comercial en Crevillent no está pasando por uno de sus mejores momentos. A pesar de que con el fin de la crisis económica se notó un repunte en el municipio alfombrero, son muchos los negocios que tienen la persiana cerrada, y los que abren no suelen durar más de cuatro años en activo. Una situación que viene a demostrar que hay movimiento en cuanto a alquiler de locales comerciales, pero no estabilidad en el sector, ya que el municipio no termina de ser todo lo atractivo que debería para garantizar trabajo constante para los nuevos emprendedores, según apuntan desde el sector inmobiliario.

En Crevillent, sin embargo, se han duplicado las licencias de actividad que el Ayuntamiento otorga a aquellos usuarios que solicitan documentación para poder ejercer, bien temporal o permanentemente. En total hay inscritas 170 solicitudes a lo largo del 2018, 89 más que hace cinco años, mientras que desde enero a junio de este año hay un total de 60, sólo un 25% menos que si comparamos con todo el 2014, según los datos facilitados por la oficina técnica municipal, desde donde no pueden precisar qué tipo de actividades son las que se han creado porque señalan que el Consistorio no cuenta hasta el momento con sistemas informáticos que diferencien estos datos por tipos de actividad.

Desde la asociación de comerciantes y empresarios (ACEC) consideran que estos datos son buenos pero pueden parecer un espejismo, ya que el municipio esta sufriendo la realidad a nivel estatal en cuanto al impacto de la venta online, además de varios déficits que están impidiendo que el entorno se desarrolle comercialmente. Uno de ellos atiende a los problemas de accesibilidad que tienen algunos sectores como el que recorre el Ayuntamiento hacia la calle Blasco Ibáñez. Con el paso del tiempo se ha degradado más el entorno con calles deterioradas e impracticables para algunas personas mayores o con movilidad reducida, sin hablar de los problemas estructurales que presentan algunas viviendas, que hacen inviable que los emprendedores inviertan en esta zona. A pesar de que este ha sido históricamente uno de los pulmones comerciales de Crevillent, está en un claro declive porque no «hay un casco urbano cuidado y atractivo» señala Cristina Delicado, presidenta del colectivo de comerciantes. En este sentido, explica que no hay nuevos establecimientos que se instalen en esta zona y que entre los antiguos hay algunos que cierran porque no hay relevo tras la jubilación de los propietarios. Según el concejal de Comercio, Manuel Penalva, la salida a este letargo en el comercio podría estar en buscar un proyecto de ciudad «porque si se revitaliza desde el punto de vista urbanístico, si hay un proyecto que cambie la dinámica repercutiría en el comercio y el empleo».

Zona azul

Sin embargo, apuntan desde el ejecutivo local que son medidas que no se pueden aplicar a corto plazo. Hace unos días se reunieron con el colectivo de comerciantes para transmitirles que están abiertos a ciertos proyectos como la implantación de la zona azul en los enclaves del Mercado de Abastos para aumentar la rotación de vehículos, una propuesta que ya planteó el PP en su momento sin haberse materializado, para revitalizar la zona centro.

Desde el colectivo de comerciantes reseñan que hay sectores que no han terminado de desarrollarse como el de la calle Pintor Velázquez, donde se aprecian comercios que cierran y abren cada poco tiempo mientras que la calle Santo Tomás también ha quedado desplazada por la Avenida de Madrid, la zona más cotizada de Crevillent para instalarse, aunque no está exenta de cierres imprevistos como el de tres tiendas de temática deportiva e infantil que han bajado la persiana en un mismo trimestre y tenían de media unos dos años de recorrido en el municipio alfombrero, tal y como cuentan los comerciantes. Desde el sector inmobiliario reseñan que prácticamente el 80% de los locales están en régimen de alquiler ya que son pocos los propietarios dispuestos a vender inmuebles y que sea a un precio razonable.

Según Joaquín Arronis, administrador de fincas, Crevillent es un enclave estratégico por encontrarse junto a la autovía y próximo a municipios costeros, pero no «ha sabido enfocarse para que vengan, por ejemplo, empresas grandes de distribución». Señala, incluso, que Crevillent no dispone de franquicias y que hay servicios como marcas de telefonía que han cerrado recientemente.

Pérdida de identidad

Por otro lado, la avenida San Vicente Ferrer que cruza el municipio desde la carretera nacional ha perdido la identidad original que tenía hace varias décadas. Los establecimientos tradicionales han ido cerrado y se contabilizan a lo largo de la conocida avenida hasta una veintena de bazares árabes, que tienen escasa clientela, además de otros establecimientos de comida turca o árabe. Desde la asociación de comerciantes reseñan que han presentado en los últimos años varias quejas al Ayuntamiento porque hay algunos negocios que sacan a la calle hasta puestos de frutas que invaden la vía pública. Con ello, los comerciantes creen que han ido ampliando este tipo de negocios, incluso los alquileres se han ido abaratando hasta llegar a pagarse una media de 300 euros al mes en una zona que antes podía costar hasta el doble, según indica David Ruiz Quesada, asesor inmobiliario, ya que ha desaparecido el comercio tradicional y son pocos los que ven futuro apostando por esta zona.

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