Santa Pola empieza a prepararse para la oleada de turistas y segundos residentes que buscan de manera incansable aparcamiento en temporada alta, y no lo encuentran. El Ayuntamiento va a habilitar próximamente cerca de 80 nuevas plazas de estacionamiento en batería en la calle Fernando Pérez Ojeda, una de las vías principales del municipio frente a la fachada del puerto marítimo. Para conseguir esa dotación, el gobierno local tiene previsto reducir a dos carriles el único tramo de esta calle que cuenta con cuatro, dos de ida y dos de vuelta.

Para ello los operarios municipales han estado marcando en el asfalto la disposición de las plazas a lo largo del tramo de 300 metros donde se actuará para ganar aparcamiento, pero por contra se limitará la doble línea de circulación en ambos sentidos.

Sin embargo, desde la Concejalía de Policía señalan de entrada que estos cambios no presentarán ninguna alteración con respecto al tráfico porque al principio y al final de la calle siempre han existido dos carriles y este es el único tramo que cuenta con cuatro, por lo que entienden que no se ocasionarán aglomeraciones derivadas de esta reducción de carriles, «pero sí se cumplirá el objetivo es atender la constante reivindicación de la falta de estacionamiento y a la vez dinamizar la zona centro», señala Antonio Pomares, edil del área, en relación a la pérdida de zonas para aparcar tras el corte de calles de la zona centro hace dos veranos. Con esta medida se logrará que el carril en dirección al centro vaya acompañado de estas más de 70 plazas en batería.

Marcha atrás

Esta nueva dotación irá en sentido contrario a la circulación, es decir, que para aparcar los usuarios tendrán que dar marcha atrás como ocurre en la Avenida Santiago Bernabéu, una solución que en su día no entendieron los residentes porque consideran que hay que hacer demasiadas maniobras, aunque desde el Consistorio ya explicaron que se trata de una medida de seguridad para que las personas no invadan la carretera cuando abren el maletero.

En cuanto al otro carril, en dirección a Playa Lisa, mantendrá los aparcamientos de la misma forma que hoy, pero aprovechando la extensión que se hace con los de batería, una decena de plazas se reestructurarán para motocicletas así como zonas de carga y descarga. Con dos carriles será inviable que los conductores dejen el coche en doble fila como ocurre hasta la fecha, ya que algunos lo hacían por necesidad como los repartidores que no tenían espacios aptos cerca de los comercios para dejar el género. Por esa razón los empresarios de los establecimientos agradecen esta medida, ya que ahora dispondrán de más puntos reglados para los distribuidores. Aún y así parece que este será de los últimos entornos para habilitar aparcamientos en zonas de interés como la primera línea, porque reseñan desde el ejecutivo local que apenas quedan sectores para intervenir y que no se perjudique a la circulación.

Ahora la asignatura pendiente es la implementación de la zona azul en Santa Pola, un plan que sigue sobre la mesa a pesar de que fijaron el pasado otoño para cuadrar el proyecto, que sigue estancado desde que en agosto tanto grupos políticos como colectivos de la villa marinera aportaran modificaciones al documento inicial que diseñó la Universidad de Alicante.

Desde entonces no se han convocado más reuniones exclusivas sobre el tema, por lo que queda en duda que este verano el municipio goce de aparcamiento regulado, a pesar de que una buena parte de comerciantes confían en que se incentivarían las ventas en entornos como el Mercado Central.