Santa Pola dispondrá de un protocolo de emergencias local para agilizar el despliegue en casos de terremoto, riada o atentado terrorista, entre otros, y fuerzas como la Policía Local tendrían más potestad para coordinar sucesos en lugar de derivarse a otros organismos externos de la localidad como el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (Cicu). Desde la Concejalía de Protección Civil están ultimando en estos días el expediente, que se inició en diciembre, para incorporar un sistema integral de respuesta de emergencias (Sire) a la villa marinera, que permitirá dotar al municipio de ambulancias medicalizadas con personal especializado y hospitales de campaña en caso de catástrofe, de una manera efectiva y más rápida que hasta la fecha, ya que no hay ningún plan para actuar a nivel local.

Los técnicos están ultimando el pliego para licitar este servicio en las próximas semanas, que tendría un coste de unos 365.000 euros. Esta cuantía podrá asumirla la administración local ya que desde hace un mes se ha extinguido el convenio entre Cruz Roja y el Ayuntamiento de Santa Pola para realizar el transporte sanitario de urgencia, bajo el dictamen del gobierno autonómico, y desde entonces corre con los gastos del servicio la Generalitat, con lo que las arcas municipales se ven aliviadas con esta delegación de competencias, según indican desde el cuatripartito. En cuanto al Sire, viene a ser la puesta en práctica del plan local de emergencias, un documento que todavía no se ha aprobado y por lo tanto no se ha expuesto a la ciudadanía, aunque solo están a expensas de incorporar unos planos a esta memoria, que irá de la mano de este sistema integral, explican desde el área de Protección Civil.

Riada

El plan municipal planteará unas pautas sobre cómo actuar ante varias situaciones. En el supuesto de que se desbordase, por ejemplo, el caudal de la presa próxima a las salinas por una rotura, las viviendas que hay diseminadas estarían cubiertas con un protocolo, que establece que el municipio debe tener medios técnicos adecuados para resolver la crisis, por lo que se necesitaría tener a disposición vehículos acuáticos para rescatar a las personas en las zonas anegadas.

Poniendo otro caso, si se produjese un atentado terrorista, como por desgracia ya ocurrió en la villa marinera en 2002 cuando ETA emprendió contra la casa cuartel de la Guardia Civil cobrándose la vida de una niña y un hombre, este aparato agilizaría la organización de la ayuda humanitaria así como del despliegue policial y del resto de fuerzas como bomberos para ayudar a las víctimas. Así las cosas, varios pabellones deportivos municipales como el Silvia Martínez o Els Xiprerets se propondrían como hospital de campaña, dependiendo del tipo de urgencia.

En un sentido más cotidiano, en el caso de que se produjese un accidente de gravedad, la Policía Local tendría más potestad para activar la emergencia para que la empresa que gestione este servicio acuda al lugar, sin tener que pasar por organismos como Cicu para derivar la alerta.

Con este avance, Santa Pola estará además de preparada a nivel técnico, «también más a nivel de recursos materiales y humanos y la administración cerraría el círculo de la coordinación a nivel sanitario», expone Francisco Carbonell, concejal del área de Protección Civil.

En el borrador de este pliego técnico se remarca, además, que las empresa que opte al servicio deberá tener base instalada en Santa Pola para cubrir las 24 horas, así como comunicaciones propias con el 112 y disponer de todos los medios técnicos y logísticos para cubrir estas emergencias antes mencionadas, por lo que deberá contar ya en el momento de la licitación con esa dotación de medios que exige el Ayuntamiento para desempeñar la asistencia. Por lo tanto, a pesar de que es abierto el proceso de contratación, Cruz Roja sería de las pocas instituciones que cumplirían con estos requisitos.