El emblemático edificio de la Cofradía de Pescadores se cierra por obras para adaptarse a los tiempos que corren y para empezar con buen pie el aniversario por el centenario de la entidad. A partir del lunes comenzará la remodelación de la pescadería de la cofradía, y después se rehabilitarán todas las oficinas de la planta de arriba. La estimación es que estas actuaciones integrales duren nueve meses en total, por lo que hasta octubre los empleados seguirán trabajando desde otras dependencias del ente local.

La inversión supera los 300.000 euros y ambos proyectos están integrados en el Grupo de Acción Local de Pesca Bahía de Santa Pola (Galp) mientras que serán sufragados en parte a través de las ayudas europeas de los fondos FEM. Con estos avances se mejorará la eficiencia y sostenibilidad del sector, como se preve tras la reciente remodelación de la lonja al incorporar una doble línea transportadora.

Estas primeras obras comenzarán en la pescadería y se dilatarán hasta Semana Santa. El objetivo es darle más protagonismo a este foco comercial, captando más y nueva clientela para darle salida, también, al producto fresco con escasa venta o que tiene unos precios por los suelos como el jurel. Para ello se aumentarán los expositores y se promocionará la gastronomía local con Peix de Santa Pola a través de una zona de degustación con tapas y cocina en directo, que irá situada donde hoy está el patio exterior del edificio, con nula utilidad desde que no funciona como bazar. Mientras dure la reforma, la pescadería se trasladará de manera provisional a la antigua lonja de pescado donde se han habilitado unas vitrinas con punto de venta. Por otro lado, las obras en las oficinas empezarán más tarde, aún y así en el transcurso de estos meses tendrán que hacerse actuaciones previas en cuanto al suministro. Durante esta semana se está embalando y desalojando todo el mobiliario y el archivo documental, que quedará resguardado por cajas en la lonja hasta que culminen las obras al completo. Así las cosas,a partir del lunes los administrativos se trasladarán también a los despachos de la lonja desde donde prestarán el servicio habitual. La previsión es que en tres meses se empiecen a transformar las oficinas, unas obras que se prolongarán hasta octubre, aproximadamente.

Salón de actos

Según Ángel Luchoro, patrón mayor de la Cofradía, con esta rehabilitación en las oficinas se ganará en comodidad y en prestaciones para los socios, ya que al derribar ciertos tabiques quedará un espacio de 600 metros cuadrados, que permitirá jugar con las estancias para que tenga cabida un salón de actos con aforo para 200 personas, una zona de despacho más grande que permita ampliar la plantilla en dos administrativos más, con lo que se ganará en rapidez para resolver los trámites, exponen.

Para que el edificio tenga más accesibilidad, el proyecto contempla un ascensor para que ciertos colectivos con movilidad reducida puedan acceder, ya que hasta la fecha tienen vetada esa opción. Por otro lado, avanzan desde la Cofradía que habrá un sistema digital de acceso y que el archivo se reestructurará por categorías. Es la primera vez que se acomete una rehabilitación de este tipo en el inmueble, que data de 1919 y que, a consecuencia del tiempo, muestra unas estancias obsoletas, con humedades y algunas grietas, por lo que el lavado de cara se hacía esperar.

Por el momento la cofradía ha contratado a una empresa para triturar centenares de escritos con más de dos décadas que no tienen un valor histórico y que acumulaban espacio. Sí que se conservará una gran parte del archivo actual, que muestra cotizaciones a la Seguridad Social de los marineros hasta 1965, decenas de tomos con la legislación en materia marítima o una colección de trofeos de la Cofradía de Pescadores.