«Siempre me ha preocupado que las matemáticas no se transmitan bien, los alumnos salen con ansiedad y miedo a la disciplina, y no tienen una perspectiva real». Pedro Martínez tenía muy claro que había que romper las barreras que los alumnos tienen con esta asignatura, y cuando llegó en 2016 como profesor al Instituto de Educación Secundaria Macia Abela de Crevillent puso en marcha una metodología atractiva con cómics, tertulias o lecturas para hacer entendible el álgebra o la trigonometría, entre otras disciplinas.

De esta batidora de recursos nació «Emocionar con Matemáticas», un programa cooperativo que empezó a gestarse en los primeros cursos de la ESO y que le ha dado tanto a él como al centro buenos sabores de boca, ya que este año han ganado el premio a la Excelencia Educativa de la Fundación Atresmedia y recientemente su artífice, Pedro Martínez, se ha posicionado en el ranking de los diez mejores docentes del país según los premios Educa Abanca, que se entregarán en febrero en el Congreso Mundial de Educación de Santiago de Compostela. Esta nominación parte del aluvión de comentarios positivos por parte de alumnos y progenitores que ha obtenido el docente en el portal web.

Aprendizaje

La idea del programa es que los alumnos, organizados en grupos de cuatro, resuelvan problemas de manera práctica y se ayuden entre ellos. Por un lado se utiliza la manipulación «mateplástica», es decir, entender procesos complejos de las matemáticas mediante juegos para abstraerse con el uso, por ejemplo, de cubos de colores para construir estructuras.

El cómic es otro apoyo ya que el maestro lo muestra de manera inesperada y los alumnos tienen que repartirse los personajes gráficos, un proceso que les ayuda a extraer por ellos mismos el contenido del temario. Por otro lado las tertulias dialógicas se conciben como un tercer pilar ya que por sesiones semanales los alumnos se reúnen para debatir con parte del claustro actual y antiguos maestros sobre una lectura relacionada con las matemáticas y otras áreas de la vida.

Según Pedro Martínez, el problema no está en las matemáticas si no en las dificultades que hay para cambiar el modelo metodológico ya preconcebido en el sistema educativo, «porque están acostumbrados a la ley del minimo pensar, van a clase, son completamente pasivos, hacen la explicación, memorizan y al final les cuesta mucho trabajar de manera cooperativa para saber expresar sus ideas», señala.

A pesar del cambio sustancial en el centro crevillentino, este docente ha dado un giro a su carrera en los últimos meses y ha trasladado su forma de enseñar al IES María Blasco de San Vicent del Raspeig. Aún y así, el modelo no hace más que expandirse ya que Mari Carmen Asensio, profesora también de matemáticas en primero y segundo de la ESO en el Macia Abela, ha aportado ideas a esta forma de enseñar y ha seguido la estela de su precursor, ya que tiene bagaje como maestra de Infantil y Primaria además de una visión antropológica que le permite entender de una manera más amplia la relación del alumno con las materias.

Haciendo un diagnóstico del panorama educativo, Asensio sostiene que «el profesor tiene que estar continuamente saliendo de su zona de confort, y uno de los mayores temores que tiene es perder el control». Con este compromiso de las dos partes se logra la autonomía y la confianza suficiente del alumno para trabajar en equipo.