Visiblemente satisfecho por cómo se ha resuelto al final la situación, Pascual Durá, patrón del Nuestra madre Loreto, aseguraba anoche en una conversación con este diario desde aguas internacionales próximas a Libia, donde se encuentra el pesquero, que lo importante es que «todo ha salido bien y que los inmigrantes están por fin seguros. ¿Qué más se puede pedir?», señalaba.

Pero sí se puede. Que la solución hubiera llegado antes, por ejemplo, «no hacerlo tan malamente como lo han hecho» y «las formas, que no han sido las correctas. Pero como hemos conseguido lo que estábamos buscando sólo podemos dar gracias aunque hemos tenido que esperar a que cayeran del burro» en un conflicto «en el que hemos sido meros peones», se lamenta.

De vuelta ya a la faena no descarta que otros inmigrantes necesitados de auxilio se crucen en su camino. Como tampoco duda de que volvería a hacer lo mismo que ha hecho con estas doce personas . «Yo seguiré cumpliendo con mi parte, que es asistir a las personas que me encuentre en peligro en el mar. Es nuestra forma de ser, nuestra humanidad, y no vamos a cambiar por lo que ha ocurrido», señala firme.

Durante los diez días que han permanecido a bordo los inmigrantes, Pascual asegura que pudieron comunicarse con ellos. «Un poco en inglés, otro poco en italiano y por señas», concreta. «Nos contaron que les había costado mucho llegar a Libia, muchos desde Somalia, y que el trayecto no había sido un camino de rosas».

Desde Santa Pola su padre y armador, José Durá, respiraba ayer tranquilo después de diez días sin poder hacerlo. «¿Que si me ha llamado alguien el Gobierno? Mejor que no lo hagan. Sería vergonzoso», afirma.