El catedrático de Zoología de la Universidad de Alicante (UA) José Luis Sánchez Lizaso presenta hoy ante la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo un estudio que analiza el estado de los recursos pesqueros y los efectos de la política común de pesca en el Mediterráneo con el objetivo de «revertir el estado de sobreexplotación» de estas aguas. Este estudio servirá para que los legisladores tomen después sus decisiones en lo que será la nueva política pesquera europea.

En este escrito, que recorre las políticas de la Unión Europea y sus efectos, Sánchez Lizaso recomienda reducir un día a la semana la pesca. «No se trata sólo de reducir los días en que se permiten las capturas, sino en la manera de hacerlo para que el impacto socioeconómico sea menor», explica. Así, propone pasar de cinco a cuatro días las capturas en lugar de parar dos meses seguidos al año. «Si se hace de esta manera y, por ejemplo, paran los miércoles, el precio del pescado subiría los martes y los jueves de manera que los pescadores no bajarían sus ingresos y no desparecería más flota», indica.

No obstante, este experto apunta a que «sólo con reducir los días de pesca no es suficiente». Para mejorar en la sostenibilidad del sector también sería necesario cambiar las redes y utilizar unas que dejen escapar los peces más pequeños evitando los posteriores descartes, habilitar reservas marinas también para las especies de profundidad y «dar la palabra a los pescadores locales para aprovechar sus conocimientos».

En el estudio, coordinado por Sánchez Lizaso, han participado también otros investigadores de la Universidad de Alicante, el Instituto Español de Oceanografía y la Universidad de Barcelona.

En opinión del catedrático, la pesca Mediterránea «se encuentra en un punto de inflexión muy importante y las decisiones que se adopten en los próximos meses condicionarán drásticamente su futuro». La gestión actual de las pesquerías en el Mediterráneo «no dispone de un mecanismo de revisión periódico del estado de las pesquerías que conduzca a modificar y adaptar las medidas de gestión a la abundancia de las poblaciones», sino que el marco de regulación «se mantiene relativamente estable independientemente de las fluctuaciones de la población».

En su opinión, «es necesario adoptar un nuevo marco de gestión, ya que la situación de elevada sobrexplotación de sus poblaciones no es aceptable desde el punto de vista ambiental y económico» y advierte de que «si el ajuste se continúa realizando mediante retirada de buques, como ha propiciado la UE a través de subvenciones, se generaran problemas para mantener el carácter pesquero de muchos puertos en los que la flota camina hacia un papel cada vez más testimonial». «En el Mediterráneo han regido normas fijas desde los años 60 mientras que la eficacia de la flota ha mejorado», concluye.