El alcalde de Crevillent, César Augusto Asencio (Partido Popular), uno de los más longevos de la provincia, sacó ayer su vehículo y, bajo un cielo encapotado, paseó a este periodista para mostrar la realidad de las denuncias de Compromís sobre las basuras y el abandono que supuestamente existe en caminos como el que va al Cementerio y al Centro Medioambiental.

El regidor y el concejal de Limpieza, Francisco Verdú, se muestran indignados y consideran que la oposición hace un flaco favor al municipio cuando conoce, sobradamente -aseguran- que las deficiencias están en vías de solución y dentro de lo que son los tiempos de un procedimiento administrativo, en el cual recuerdan que hay que cumplir una serie de plazos. De entrada el alcalde discrepa de que la maleza o los residuos sean el día a día de lo que se puede ver en Crevillent o que sea necesario mejorar la seguridad vial en el acceso al Centro MedioAmbiental Los Molinos, mientras golpea con su pie uno de los pilares de un pretil que presenta una imagen oxidada pero que ni se mueve con las patadas. «Esta es una carretera por la que se circula a 20 kilómetros por hora y que se arregló por última vez hace tres años, hacemos las inversiones que son necesarias cuando son necesarias. No se puede hacer más ancha» y añade: «nadie puede venir con un móvil, hacer cuatro fotos y quejarse de que no está algo en condiciones o decir que nos hemos olvidado», asevera.

Neumáticos

Sobre los vertidos asegura que «puede ser, como por desgracia pasa en todo el mundo, que alguien abandone basuras de forma impune en cualquier lugar del campo. Un camión de escombros de construcción, neumáticos viejos..., pero cuando tenemos conocimiento de ello se incoa el correspondiente expediente para su retirada que, por desgracia, no puede ser inminente», asegura Asencio, quien dirige un municipio de algo más de 100 kilómetros cuadrados con un presupuesto para basuras que no llega a los 3 millones.

El alcalde admite que los vecinos que ponen las deficiencias en su conocimiento, a través del servicio municipal habilitado a través de internet o pasando un escrito por registro, no tienen una respuesta tan rápida como quisieran, «con la última contrata, el interventor no nos permitió dejar abierta una puerta a la posibilidad de realizar servicios inmediatos en el campo cuando suceden vertidos, como es el caso, al no estar cuantificados pues no se puede saber cuántos se van a producir al año, lo que nos obliga a tener que aprobar la limpieza de cada uno de ellos, informe del técnico en mano, dentro de un procedimiento administrativo que, por desgracia, tiene sus tiempos. Si son residuos peligrosos que requieren de eliminación, como se nos ha dado el caso con amianto, todo se complica más».