Después de los desastres ocurridos en los últimos días tras las riadas de Mallorca, las crisis que ocasionan estas inundaciones se están comentando en todos los corrillos de vecinos y ayuntamientos, como el de Crevillent, están tomando medidas para prevenir ciertas situaciones, aunque ya avisan que el riesgo de riada es mínimo en el núcleo urbano. Aún así, en los últimos días el gobierno local ha empezado a pedir presupuestos a través de la oficina técnica de Medio Ambiente para contratar a una empresa que inspeccione el interior del canal de la Rambla del Castellar, una infraestructura cimentada en 1974 por donde circulan gran parte de las aguas pluviales que recibe el municipio desde la Sierra.

De entrada en los últimos años no se ha hecho ninguna revisión municipal de este cauce, que está gestionado por la Confederación Hidrográfica del Segura, Esta es una petición que varios grupos como l’Esquerra vienen haciendo desde 2016, cuando remitieron la idea en un pleno. Desde entonces han vuelto a reivindicar en varias comisiones de Hacienda o Patrimonio que se contrate esa supervisión porque transmiten que recientemente algunos vecinos de la zona sur donde acaba el entubamiento han hallado restos de residuos que salían de la boca meridional del tubo.

Aun así, desde el gobierno local insisten en que no hay indicios de roturas en el canal porque no se desborda el agua, y que siempre se ha «autolimpiado», sin apenas intervenciones en todos estos años porque no creen que haya grandes obstrucciones por las dimensiones de la infraestructura (unos dos metros y medio de alto por cuatro de ancho), por donde se arrastran las lluvias y los sedimentos. Por otro lado, la crítica a la gestión municipal también la han hecho otros grupos como Compromís, pero en este caso sobre el estado de los imbornales. Plantean que, teniendo en cuenta las previsiones de gota fría, el gobierno del PP agilice la contratación de un servicio de limpieza más continuado para estos colectores de aguas pluviales. Reseñan que tras las fiestas de Moros y Cristianos hay puntos como la calle Santísima Trinidad, Avenida de Madrid y la Rambla donde se ha filtrado suciedad que podría causar obstrucciones y reducir la capacidad de evacuar las aguas pluviales, cuentan. También hay vecinos en San Felipe Neri que piden que se limpien algunos imbornales donde han crecido plantas. El servicio se realiza a través de contratos menores desde 2017 y por el momento está en trámites la licitación para contratar a una empresa que mantenga estas infraestructuras de una forma más periódica.