Un caso en el que las deficiencias ponen trabas a la magia de la música. Ana María González y su agrupación de dolçaina y tabalet l'Estoreta de Crevillent llevan tres meses sin poder ensayar continuamente en su lugar habitual de trabajo, en unas instalaciones cedidas por el Ayuntamiento, ya que el inmueble sufrió a finales de mayo varios problemas estructurales y tuvo que ser apuntalado de urgencia.

Todavía están a la espera de una solución por parte de la administración local para que el ritmo de ensayos no se pierda tras el incidente, y piden que se aceleren los trámites para disponer de otro espacio en las mismas condiciones que la mayoría de asociaciones locales, que tienen lugares cedidos. Desde el Ayuntamiento sostienen que no disponen de más espacios disponibles para cubrir la necesidad de todos los colectivos. Según el informe que emitieron los técnicos, esta vivienda de 1950 y que se ubica en la calle san Joaquín número 15, presenta un alto nivel de peligrosidad e inestabilidad que hace imposible que siga la actividad en el interior, ya que se han detectado roturas y grietas del falso techo por las filtraciones de agua, como también el forjado ha descendido y se ha separado de la base del tabique. Esta situación ha provocado que parte del material siga allí, como armarios, partituras y algunos instrumentos.

Partida económica

El gobierno local apunta que la vivienda, que forma parte del patrimonio local y que data de 1950, necesita una inversión para rehabilitarse, pero primero tienen que disponer de la partida económica necesaria para redactar el proyecto, con lo que a corto plazo no llegará el arreglo.

Desde l'Estoreta señalan que este desajuste les está poniendo freno a la actividad ya que para ellos es inasumible alquilar un local, y las sesiones de ensayo, una por semana, han tenido que acortarlas porque no tienen apenas disponibilidad de espacios y dependen de que amigos les cedan un solar para funcionar como escuela o preparar las actuaciones, ya que suelen intervenir en varios momentos culmen a nivel local como el Corpus Christi, pasacalles de Navidad o las fiestas de Moros y Cristianos.

En esta misma vivienda, ahora intervenida, también ensayaba el coro Amistad de Crevillent. Después del suceso los cuarenta componentes fueron realojados en la Casa de Cultura, aunque agradecen el remedio temporal, reconocen que ahora tienen menos días para ensayar, dos en lugar de tres, porque las salas de este edificio están solicitadas a cada hora por otros colectivos.

Recomendaciones

A solo unos metros de la vivienda ruinosa se emplaza otra de titularidad municipal, la número 17, que también está cedida a varias asociaciones locales, como el grupo Sky. Este lugar es el que estaba previsto que ocupase l'Estoreta pero lo cierto es que también presenta deficiencias y, según las recomendaciones de los técnicos, no es conveniente incorporar más asociaciones hasta que no se mejoren las condiciones del inmueble. Esta es la idea que manejan desde el gobierno local para ampliar las posibilidades municipales, teniendo en cuenta que el antiguo edificio de Correos, donde está la sede de más de una docena de asociaciones, también está al completo.

La oposición también ha propuesto que se rehabiliten ambos edificios para asegurar el patrimonio local, como l'Esquerra, que planteó en las inversiones financieramente sostenibles del superávit que se incluyeran estas actuaciones, que fueron descartadas.