Un desfile de ensueño para poner Crevillent a sus pies. El bando de la media luna conquistó a propios y extraños a hombros de la comparsa Berberiscos, encargada de cerrar la Entrada Mora en la conmemoración de su 50 aniversario con un boato cargado de historia, música y baile que quedará para el recuerdo por su elegancia y espectacularidad.

Los Beduinos, seguidos por los Omegas, fueron los encargados de desempolvar el desfile de unas huestes moras que estuvieron capitaneadas por Daniel Coirier, natural del municipio francés de Fontenay-Le Comte. Escoltado en todo momento por la Gran Moravita, Paula León, el Capitán Moro observó desde lo alto de su fastuosa carroza el emotivo desarrollo de un boato que se dividió en tres bloques mientras hacía un recorrido por el medio siglo de historia de los Berberiscos. Un guiño merecido a un pasado que sigue estando muy presente en el que se homenajeó de principio a fin a todas las personas que han trabajado por la comparsa a lo largo de sus 50 años de vida.

Un libro gigante con el escudo del 50 aniversario de la comparsa con el título «Berberiscos, nuestra historia, nuestra cultura» abrió un boato que estuvo encabezado por todas las reinas y capitanes que ha tenido la comparsa, escoltados por diferentes filaes ataviadas con trajes antiguos.

Un ballet africano, la recreación de una lucha entre los berberiscos y los antiguos africanos y dos filaes especiales con trajes oriundos del continente rememoraron el viajes de los berberiscos por el norte de África dentro del segundo bloque de un boato que se adentró en su último capítulo de mano de la abanderada y el capitán de hace seis años, así como de las reinas del sexenio, mientras se exaltaba el renacer cultural de los berberiscos. Ya con la comparsa al completo, junto con varias filaes especiales, un ballet que simbolizaba los tesoros del capitán y una carroza que representaba una madrasa musulmana dieron paso al espectáculo final.

«Las guerreras de la cultura» precedieron al Capitán Moro y a la Gran Moravita con unas banderas blancas en las que se podían leer poemas extraídos de distintos pasajes de la Alhambra, mientras eran acompañadas por la música del Orfeón Voces Crevillentinas, de la Coral Crevillentina, que interpretó la marcha «Santiago capitán abencerraje», de Saúl Gómez, y del coro Ruiz Gasch.

Los dos caballos de Daniel Coirier y Paula León y la gran carroza del Capitán Moro y la Gran Moravita cerraron una jornada inolvidables que arrancó de buena mañana con la tradicional diana festera y el pasacalles oficial de las comparsas moras, poniendo un broche de oro al fin de semana más esperado de las fiestas patronales de Moros y Cristianos.

Aún con el recuerdo de los espectaculares boatos de los Guerreros Astures, el sábado durante la Entrada Cristiana, y de los Berberiscos, ayer durante la Entrada Mora, esta mañana, desde las 8.30 horas, tiene lugar el alardo de arcabucería entre el paseo del Calvario y la plaza de la Constitución. Ya por la tarde, a las 18.30, tendrá lugar la Embajada al Rey Jaime I, quedando para mañana la ofrenda floral a San Francisco de Asís y la solemne misa festera-cantada.