Un recorrido por la primera incursión de los vikingos en el reino de Asturias dibujó un espectacular e intenso boato en el que el capitán cristiano Octavio Hurtado Mas, de la comparsa Guerreros Astures, puso a sus pies a los defensores de la cruz en una maratoniana jornada que arrancó a las 7 horas con la tradicional diana y que, ya a medida mañana, alumbró el pasacalles oficial festero.

Crevillent vibró un año más con una Entrada Cristiana cargada de música, colorido y trajes fastuosos que arrancó a las 18.30 horas desde la calle Santo Tomás y que concluyó, ya entrada la noche, con una espectacular recreación mitológica de la Asturias del siglo IX y del desembarco de las tropas vikingas a orillas del Cantábrico procedentes de la lejana Escandinavia.

Los vikingos, paganos, fieros, demonios venidos del más allá, no contaban con la bravura del ejército del rey Ramiro I. El combate fue duro, pero poco a poco los recios astures obligaron al enemigo a retroceder hasta que salieron vencedores y proclamaron cantos de triunfo, cantos recreados anoche en Crevillent con algarabía para rememorar una victoria que dio vida a un boato en el que los Guerreros Astures hicieron honor a su nombre en un impresionante y emotivo cierre de desfile.

Las comparsas Dragones de San Jorge, Castellano Leonesa, Caballeros del Cid, Maseros y Almogávares precedieron a los Guerreros Astures en una Entrada Cristiana culminada con un espectáculo de altura en el que no faltaron los bailes y la música. Un boato frenético enraizado en la historia del pueblo astur que sumergió a Crevillent, bajo el reinado de Ramiro I, en un mundo de batallas y seres mitológicos.

Tras el día grande de los defensores del bando de la cruz hoy llega el turno de la Entrada Mora, que también arrancará a las 18.30 horas y tendrá la misma salida y recorrido que la Entrada Cristiana. Daniel Coirier, de la comparsa Berberiscos, capitaneará a las huestes moras en su esperado desfiles por las calles de Crevillent.