Los comerciantes del Mercado de Abastos y los vendedores de pescado del puerto de Santa Pola tendrán que acceder a la gestión de los puestos a través de procedimientos distintos a la subasta o transmisión directa. Este es uno de los nuevos puntos que incorpora el reglamento municipal sobre la venta desde estas infraestructuras, que fue aprobado hace unos días en el pleno ordinario y con el que se actualiza el último documento en la materia del año 2000, para estar al día con las normativas autonómicas y estatales que regulan los modos de acceso a la actividad económica.

Así las cosas, hoy por hoy la mayoría de comerciantes del Mercado de Abastos tienen una concesión administrativa hasta 2024 y en su día optaron al puesto mediante subasta, donde solo se valoraban los criterios económicos. A partir de ahora se tendrá en cuenta el baremo de mejor calidad-precio con procedimientos abiertos o restringidos. Si la explotación del puesto es por más de cuatro años, los nuevos adjudicatarios tendrán una concesión administrativa mientras que si el plazo es de sólo un año estarán regulados mediante autorización temporal.

Otro de los cambios con este reglamento será la exclusión del derecho de tanteo. Es decir, que los concesionarios que acaben su periodo de uso no podrán recuperar la posesión del punto de venta abonando al concesionario el precio del traspaso, y por lo tanto queda prohibido el subarriendo, cesión o cualquier otra forma de transmisión a un tercero.

En cuanto a los horarios, la actualización de la normativa amplía una hora más de funcionamiento los sábados, hasta las 15.00 horas mientras que por el momento no se amplían horarios por la tarde para el público, solo para que los comerciantes preparen la venta. Desde el colectivo de vendedores del Mercado de Abastos señalan que hace unos años intentaron abrir por la tarde y no resultaba rentable porque muchos mercaderes de pescado se trasladaban a faenar al puerto y otros no se animaban a abrir.

Recalcan que una zona de aparcamiento regulado podría reflotar las ventas, o al menos, captar un público más joven que no está tan ligado a las compras en establecimientos locales por las dificultades para aparcar cerca. Sin embargo, todavía no se ha celebrado una nueva reunión con el Gobierno local para tratar el proyecto de zona azul que se presentó hace unos meses y donde los partidos políticos y colectivos del municipio presentaron propuestas para enriquecer el plan. Los comerciantes señalan que la mayoría de negocios son familiares y cuesta atraer a jóvenes emprendedores que apuesten por el mercado para dinamizar el espacio con actividades paralelas a la alimentación.