Crevillent ya está oficialmente en fiestas de Moros y Cristianos. El municipio alfombrero encendió anoche el alumbrado de las celebraciones en honor a San Francisco de Asís, con un pasacalles en el que comparsistas de ambos bandos desfilaron hacia las puertas del Ayuntamiento donde el alcalde, César Asencio, los recibió e inició el pregón del Primer Tró desde el balcón consistorial.

El primer edil recordó a modo de humor que después de encomandarse a «San Francisco de Asís cuando todo parecía perdido, milagrosamente se arregló», en referencia a la lucha de cuatro años desde la administración local y la asociación festera para lograr la distinción de Fiesta de Interés Turístico Internacional, ya que este es el primer año con el reconocimiento. Asencio tocó el tema del empleo y la bajada en el último año de 170 trabajadores en las listas del paro.

Felicitó la labor de los festeros y a los que cumplen el medio siglo, como también reseñó los cincuenta años del hermanamiento con el pueblo francés de Fontenay-Le-Compte a pesar de las diferencias en el contexto político y social de ambos países. Después de la alocución del alcalde, las calles de Crevillent se encendieron y se disparó un castillo de fuegos artificiales para dar paso de madrugada al concurso de cabos, que recuperó el protagonismo después de unas ediciones en las que se celebraba dentro de las Entradas Mora y Cristiana.

Así las cosas, cerca de 1.000 comparsistas masculinos agrupados en filás dicurrieron por el núcleo histórico. Este año, como novedad, el itinerario se acortó partiendo de la Plaza Chapí hasta la de la Constitución para concentrar al público y no extender demasiado el desfile que en otras ediciones terminaba a horas intempestivas.