El verano está dando los últimos coletazos pero mientras las playas de Santa Pola siguen abarrotadas de residentes y turistas. El litoral es donde más concentración de población hay en temporada estival y los servicios de socorrismo se hacen esenciales. Desde junio hasta el momento se contabilizan 6.356 asistencias por parte del equipo de más de 60 socorristas de Cruz Roja que protegen las playas. Estos números suponen un 54% más de intervenciones que el pasado año, prácticamente el doble, de las cuales el 83% de ellas se deben a picaduras de medusa, es decir, 5.324 actuaciones para aliviar el rastro que deja este invertebrado.

Los datos facilitados por Cruz Roja no llegan a los límites de 2015 cuando hubo más de 7.000 atenciones de este tipo, pero revelan que la especie más común en la costa este verano ha sido la «Olindia Phosphorica», que se caracteriza por llegar en bancos de manera masiva al Mediterráneo y el Atlántico, de cuerpo transparente, con un dibujo rojizo y tentáculos azules que dejan unas picaduras muy dolorosas, aunque no tan urticantes como la carabela portuguesa, más grande y que por suerte no ha sido avistada a lo largo de las riberas de Santa Pola, aunque sí algún que otro ejemplar desde alta mar en las proximidades del faro.

La playa de Levante y Gran Playa son los puntos donde más ha incidido la picadura de medusa por tratarse de zonas centrales con más aglomeración de visitantes. Aún así, en lo que va de verano tan solo se ha izado en diez ocasiones la bandera amarilla de baño con precaución, teniendo en cuenta que la alerta salta a partir de las veinte picaduras en el área, aunque el baño ha estado limitado sólo en las playas anteriormente citadas. Sobre los meses, julio ha sido el peor, con más de 3.500 actuaciones por picaduras, el doble que en agosto, y aunque los motivos no quedan muy claros, podría deberse a la variación de la temperatura del agua que ha frenado la llegada de estos seres vivos.

En cuanto a la picadura por pez araña, entre julio y agosto se registran 232 asistencias, sobre todo en Levante y Varadero, mientras que al oeste apenas han intervenido para paliar el dolor que genera este pez que se entierra en la arena y saca a relucir las púas de su aleta.

Cruz Roja ha atendido también a cerca de 700 personas por pequeños cortes en partes del cuerpo, causados por cristales enterrados en la arena o restos de conchas, además de algunas caídas desde las pasarelas de madera. Además se han realizado 23 evacuaciones con traslado en ambulancia a los centros de salud por golpes de calor, lipotimias o subidas y bajadas de tensión. Los servicios de socorrismo no han tenido que auxiliar desde el agua por ahogamiento y no se han hecho atenciones sanitarias desde las embarcaciones de Cruz Roja, que trabajan en los 200 primeros metros desde la orilla.

Despistes

Sin embargo, los socorristas han tenido en más de una ocasión que lanzar avisos a los propietarios de barcos de recreo que se han aproximado demasiado a la playa, cruzando el límite permitido. «Se despistan porque creen que las riberas de Santa Pola disponen de entrada de canales para embarcaciones como en otros municipios, pero solo hay entrada desde el puerto», señala Carlos García Santonja, coordinador del área de Playas de Cruz Roja. Los socorristas advierten además a los tutores de los niños que los vigilen porque se han extraviado 15 menores entre 3 y 8 años al desorientarse en la playa mientras jugaban, aunque después del protocolo de búsqueda volvieron con sus familiares.

Sobre los puntos accesibles para personas con discapacidad física y psíquica, esta temporada se han atendido 1.555 baños desde la silla anfibia y 402 con muletas acuáticas.