El sol de agosto se cuela en Santa Pola y con él la ebullición de segundas residencias y alquileres que casi no deja ni una vivienda vacía, una cuestión que provoca que los servicios de recogida de enseres vayan a destajo para deshacerse de muebles viejos, colchones y demás utensilios que los residentes depositan en la vía pública por montones.

Este verano la situación se ha acentuado y el mobiliario viejo es más visible en las calles. En el 70% de los casos los propietarios están incumpliendo el protocolo habitual de avisar previamente por teléfono al servicio de recogida gratuita de enseres que presta a diario la empresa Urbaser, a través de cuatro operarios en dos camiones. Con estos actos incívicos, los trastos viejos pueden permanecer en la vía pública varios días, según señala el edil de Sostenibilidad, Alejandro Escalada.

Desde el equipo de gobierno sostienen que se ha doblado la jornada del servicio, pero aún así se siguen cometiendo irregularidades, incluso de empresas de reformas que descargan los camiones en la callen y tiran enseres y embalajes sin dejar constancia, una situación que ha sido denunciada a la Policia Local y que se ha repetido en varias ocasiones este verano en puntos como Santa Pola del Este o Gran Alacant, destacan desde el Ayuntamiento.

Haciendo balance de los meses de junio y julio, se han retirado de la vía pública 178.740 kilogramos de residuos voluminosos como sofás, mesas, sillas, armarios o colchones, lo que supone un 60% más que en 2017. Los elementos que más se abandonan son los colchones, ya que solo a principio del verano se retiraron 594 ejemplares, que se cargaron en las cajas del ecoparque del polígono In-II, uno de los dos puntos limpios de la localidad, además del que se emplaza en Avenida Albacete.

Colectivos vecinales y grupos de la oposición como el PP lamentan la cantidad de trastos abandonados y han pedido mediante escritos de entrada en el Ayuntamiento que tomen medidas como ampliar el horario de los ecoparques también al fin de semana para minimizar la situación de abandono descontrolado en la vía pública.

Más contenedores

«¿Qué imagen se da al turismo con esta escena?», Mari Carmen viene de Ciudad Real pero lleva décadas pasando largas temporadas en la planta baja de una urbanización de la Avenida Polonia de Gran Alacant. Cuando sale a la puerta de casa en verano se encuentra con dos contenedores de basura repletos con residuos alrededor y enseres. Denuncia la próximidad de los mismos a las viviendas por los malos olores que desprenden a pesar de que, afirma, el servicio de recogida pasa a diario, y propone que se instalen más contenedores porque son escasos para cubrir la demanda de los vecinos, señala.

Otro punto crítico es el entorno de los puestos de pescado junto al Consistorio, donde se amontonan residuos orgánicos que molestan a los viandantes, aunque desde el área de Sostenibilidad han solicitado a Urbaser que amplíe la limpieza y los contenedores. Ahora queda esperar las mejoras del pliego técnico del servicio de basuras, que por el momento está intervenido en el Ayuntamiento a expensas de aprobarse cuando también lo hagan los presupuestos.