Algo más de 200.000 euros para 60 propietarios de suelo junto a la carretera que une Elche y Santa Pola, la CV-865. Esta es la cantidad que tiene prevista la Generalitat Valenciana en el proyecto para desdoblar la calzada y duplicar los carriles, entre la Vereda de Sendres y el tramo perteneciente al término santapolero en el que ya se actuó años atrás, según apuntaron desde la Conselleria de Viviendas, Obras Públicas y Vertebración del Territorio.

Con estas estimaciones, los afectados por las expropiaciones se quedarán con una indemnización media de poco más de 3.300 euros. Una cantidad que irá a parar a los propietarios de las fincas situadas a lo largo del 1,1 kilómetro de carretera donde después del verano comenzarán las obras, según las previsiones de la Generalitat Valenciana. Eso sí, todo a falta de que los dueños del suelo puedan recurrir, ya que es lo habitual en estos casos, tal y como reconocieron desde el propio Gobierno valenciano.

Por ahora, la Administración autonómica ya asegura haber pagado más de 37.000 euros a los afectados, que corresponde a una cantidad fijada sobre el valor catastral de los terrenos que se van a ver afectados. Este importe funciona como una especie de depósito con el que el Consell ya puede empezar a ocupar las parcelas para hacer las obras. A ello se suma que el proyecto del desdoblamiento estima en expropiaciones 164.000 euros, a través del justiprecio.

De las 60 fincas afectadas, la mayoría están en suelo del término santapolero, en concreto, 54 parcelas. Las otras seis se encuentran en superficie de Elche. La actuación, que se prolongará durante 18 meses, contempla el desdoblamiento de la calzada existente, la cual pasará a tener dos calzadas de dos carriles cada una, separadas por una mediana de 1,20 metros de ancho, en la que va dispuesta la instalación de alumbrado, así como la reordenación de accesos y la supresión de una glorieta partida existente.

Para el resto de usuarios, peatones y ciclistas, el Consell ha previsto la sustitución de los carriles bici actuales por una acera de 2,50 metros de ancho en el margen derecho y un carril mixto ciclo-peatonal de 3,50 metros en el margen izquierdo.

El proyecto para desdoblar el tramo ilicitano está en fase de redacción, pero mientras tanto, la Generalitat Valenciana ha optado por construir rotondas cerradas en los cruces más peligrosos donde había intersecciones abiertas. En total hay ya cinco glorietas y la intención de la Administración autonómica es incorporar dos más. Todo ello con el objetivo de ir acostumbrando el tráfico a lo que en un futuro será esta carretera, considerada como la vía comarcal más peligrosa de la provincia. Y es que, el peligro de los cruces, junto a las grandes velocidades que se alcanzaban en esta carretera han desembocado en numerosos accidentes mortales.