Recuperar una residencia de ancianos saqueada y sin uso para darle una segunda oportunidad como centro intergeneracional que haga más llevadera la estancia de los mayores. Esas son las pretensiones que tiene la plataforma Conviure, que se creó hace algo más de un mes por vecinos de Santa Pola, con el propósito de poner de nuevo en valor este complejo que gestionaba la empresa Sanyres.

El inmueble está abandonado desde 2014 cuando la mercantil clausuró el recinto después de incumplir el contrato y acumular deudas, que desembocaron en un contencioso administrativo que está todavía sin resolver entre la concesionaria y el Ayuntamiento, hasta que no se llegue a un acuerdo para liquidar las costas procesales con la entidad bancaria, según fuentes municipales.

Con pancartas y cepillos de barrer, este grupo de personas entraron sin autorización municipal hace unos días a los patios de la residencia, en la avenida Maribel Pérez Ojeda, para recoger hojas caídas de los árboles, en un gesto simbólico para llamar la atención y presentarse en sociedad. La Policia Local acudió al lugar y los invitó a marcharse, pero esta acción les valió una reunión en Alcaldía en la que explicaron la idea que tienen entre manos. La agrupación propone que el centro, en suelo de uso asistencial residencial,se gestione mediante una empresa cooperativa de trabajo asociado.

Los pilares serían crear un centro de día para combatir la soledad de personas mayores que sufren enfermedades como el alzheimer, que estarían atendidas por personal sanitario con cuidados inspirados en el envejecimiento activo.

En los planes entraría otro edificio residencial con viviendas compartidas para la convivencia intergeneracional entre personas autónomas. Contaría, también con un centro cultural para hacer talleres, tertulias, cursos o exposiciones de arte que involucren a todas las edades. Según Elisa Montoro, miembro de la plataforma y arquitecta encargada de desarrollar una memoria que presentarán al Ayuntamiento, el edificio cumpliría la normativa de accesibilidad pero «no queremos que sea una residencia al uso, que resultan tristes porque los usuarios solo esperan que pase el tiempo», apunta.

Es reunión solo ha sido un primer acercamiento, y volverán a reunirse el 31 de julio en Alcaldía para mostrar un estudio de viabilidad económica y técnica, que previamente habrán pasado por registro. Sin embargo, según la alcaldesa, Yolanda Seva, el centro que gestione la residencia «tendrá que hacer frente a las cargas hipotecarias y a la rehabilitación del edificio, que podrían ser unos 4 millones de euros», señala.

Pero para llegar a esa situación antes el inmueble tiene que recuperarlo el Consistorio, y hasta que no se resuelva el expediente no podrá iniciarse la licitación para que una empresa asuma la gestión.Los primeros pasos de la plataforma Conviure están siendo la consulta a vecinos si apoyan esta iniciativa, y en dos semanas han conseguido 500 firmas desde el portal change.org, y también están haciendo cuestionarios en espacios públicos para buscar soluciones a un edificio deteriorado con ventanas rotas, sin persianas y escaso mobiliario, saqueado después de los capítulos de vandalismo.