P ¿Qué vinculo le une a Crevillent para desempeñar este cargo tan importante en las fiestas de moros y cristianos

RDesconozco el proceso que ha seguido la directiva, pero tengo bastante contacto con el alcalde, César Asencio, porque ambos somos «rosaventeros», es decir, muy seguidores del comunicador Juan Antonio Cebrián, que falleció hace unos años y hemos coincidido como miembros de jurado en los ensayos del premio en su honor, imagino que por esa vía se pondrían en contacto conmigo desde la asociación festera.

P Además de dedicarse a escribir e impartir clases en un instituto, ¿tiene vocación festera?

R Provengo de Murcia y allí los moros y cristianos son un fenómeno reciente, que no tienen tanto recorrido como los de Crevillent. No es una fiesta que conozca demasiado pero me ilusiona ser el mantenedor porque tienen proyección e historia, es como retroceder al pasado con la máquina del tiempo.

P ¿Cómo arrancará su discurso para ensalzar la fiesta?

R Estoy en plena fase de recogida de documentación, además de la parte histórica y formal, quiero que el propio festero me explique cómo funciona esto. Después de ver material me he quedado impactado con el despliegue de creatividad tan extraordinario que se hace. Van a ser mis primeros moros y quiero desfilar, ataviarme con los trajes e incluso traer a mi hija para que también los sienta.

P ¿ Aparecerá reflejada su experiencia en Crevillent en alguna de las próximas novelas?

R No lo descarto, es un entorno muy interesante, a ver qué me sucede. Me gusta meter detalles de sitios donde he estado, creo que sí, por la fiesta y el decorado, podría prestarse para alguna trama de ficción con delitos y muertes.

P ¿Cree que las instituciones tienen que ser el apoyo esencial para que se mantenga una tradición como ésta?

R El patrocinio es importante, pero en los tiempos que corren y tras la crisis el respaldo del ayuntamiento, la Generalitat o la Diputación tiene que ser esencial, porque esto luego revierte como beneficio para la sociedad, no es sólo una parte cultural y lúdico festiva, también económica.

P En 2017 recogió el prestigioso premio Ateneo de Sevilla con la novela negra «Nunca es tarde». ¿En qué está trabajando ahora?

R Las vacaciones de verano son mi momento para escribir. Estoy dedicándome a «Secretos», es una de las pocas novelas ambientadas en la actualidad que parte de una comunidad de vecinos donde vivimos los pequeños burgueses. En esta urbanización con piscina todo es perfecto, una burbuja, hasta que un año después acaban todos peleados por una mala malísima. En mi estilo recurro a trucos de autores del 19 que escribían en folletines como Wilkie Collins o Dickens, comparto de ellos que cuanto más malo es el malo, más gana la historia.

P¿Cómo un docente de Biología termina publicando entregas tan aclamadas como las del detective Víctor Ros?

R Empecé a escribir por oxigenación, tengo compañeros que salen del instituto y hacen itinerarios naturales, pero yo necesito leer cosas como la batalla de Stalingrado para relajarme. He impartido infinidad de conferencias para estimular la lectura y la escritura en jóvenes y les cuento cómo convertí mi afición en profesión, pero tiene su parte difícil. Larra dijo que en España escribir es llorar, es un oficio en el que en el 99% de los casos estás solo, sin contacto con la gente, y luego el mundo editorial es un poco ingrato y voluble, tienes que estar preparado.