Las pesquisas sobre la llegada de cientos de peces muertos a la playa de la Gola en Santa Pola siguen abiertas. Durante este fin de semana se produjo el desagradable suceso en el que ha intervenido el servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que descarta la muerte por intoxicación de los animales ya que no se han encontrado vertidos de ninguna sustancia tóxica en el agua. Al parecer la falta de oxígeno ha sido el causante de la muerte de los centenares de mújoles, que llegaron en pelotón arrastrados por el mar en un estado avanzado de descomposición. El suceso se produjo el pasado domingo cuando un voluntario de Cruz Roja, encargada del servicio de socorrismo y Salvamento Marítimo en Santa Pola, daba aviso al Seprona del avistamiento de cientos de peces muertos en la desembocadura del río Vinalopó al que llega también agua del Azarbe de d'Alt.

Desde entonces el Ayuntamiento de la villa marinera está coordinando con la Policía Local y los servicios de Limpieza de Urbaser para retirar los restos de estas especies, que hasta ayer seguían alcanzando este tramo de playa. De hecho, se han colocado unas vallas para evitar que los curiosos se acerquen. Todavía está por esclarecer la procedencia de estos animales. Como medidas, el Departamento de Playas ha solicitado a la empresa Hidraqua, encargada de hacer estudios analíticos del agua en las playas, que se tome como referencia la desembocadura del río para próximas evaluaciones porque es un entorno con más alteraciones donde llegan los aportes de agua.