El verano ha venido para quedarse y ya está tocando a la puerta de los vecinos de Crevillent. Las altas temperaturas apremian y la pregunta más concurrida estos días es la de «¿donde iré este año a refrescarme?» «aquí no hay quien aguante», decían un corrillo de señores sentados en un banco a la sombra. El municipio vuelve otro año más a empezar la temporada estival sin piscina pública al aire libre, a pesar de que hace un mes se aprobó en pleno que se incluyera el proyecto de piscinas en el Parc Nou dentro del programa de Obras y Servicios de la Diputación Provincial, a pesar de la oposición de Compromís por la ubicación elegida y Psoe por invadir terreno ajardinado del lugar, además de la abstención de l'Esquerra, que, entre otros motivos, planteaban que se hubiera hecho una consulta popular para elegir el emplazamiento.

La inversión aproximada sería de un millón de euros pero el Ayuntamiento tendrá que esperar unos meses para obtener la respuesta del órgano provincial y que en caso de estar aprobada la ayuda, que cubriría el 40% de la inversión, tendría que redactarse el proyecto final y ejecutarse las obras.

Una parte de los residentes son reacios a esta ubicación porque creen que el espacio de la piscina será limitado, el aparcamiento en el entorno «casi imposible» y las bondades naturales del parque se verán mermadas. Sin embargo, hay otro sector que aprueba el enclave, o directamente le resulta indiferente, pues lo único que quieren es que «haya piscinas como tienen otros lugares con menos población incluso», sostienen.

Asimismo tendrán que ser pacientes con este futuro servicio, que hace unas décadas ya tuvieron en el entorno de la actual ciudad Deportiva Juan Fran Torres y que terminó en desuso y clausurado por cuestiones de la época.

Ahora que los colegios cierran y las familias cogen unos días de vacaciones, muchos señalan que no les queda otra opción que ir a la playa o recurrir a las piscinas municipales de otras localidades vecinas como Elche, Catral o Albatera. La otra vía es sacarse un bono para ir a la piscina de un conocido restaurante del municipio, «pero el precio se dispara», sostienen. Otros prefieren irse a su «cañaeta», es decir, a la casa de campo familiar en la zona rural crevillentina donde suelen tener piscina, «pero con la crisis esa tendencia ya no está tanto en auge y hay muchas familias que por circunstancias económicas no tienen esa alternativa y se quedan en el pueblo», apunta Maria Dolores Juan, presidenta de la Federación de vecinos que engloba a cuatro asociaciones del municipio. Actualmente Crevillent dispone de una piscina terapéutica climatizada de 17 metros en el Gimnasio municipal, inaugurada en 2007. Estas son las únicas instalaciones acuáticas gestionadas por el Ayuntamiento que abren a diario.

Hay once turnos organizados para clases de natación con niños, sesiones programadas de adultos como aquagym o aquaerobic y cursos de preparación al parto en el agua. Algunos de los usuarios sostienen que el servicio que se presta es bueno pero que todos los niveles están ocupados, aunque desde el propio gimnasio comentan que en llegar el verano suele bajar la ocupación.

La memoria técnica marca que de los 28.851 metros cuadrados de extensión del Parc Nou, una séptima parte irá dedicada a la piscina. Tendrá formas curvas con una lámina de agua de 499 metros cuadrados, con profundidad de un metro y medio y aforo aproximado para 250 personas, con zona infantil separada por una barandilla, cortinas de agua y jacuzzi.

El complejo dispondrá de cafetería, vestuarios y sala de enfermería. El área estará cercada y se cerrará después del verano, pero unos 800 metros que cubre la zona estancial quedarían abiertos para que la cafetería tenga uso en todas las estaciones.