Mariano Rajoy revolucionó en pocas horas Santa Pola. De inmediato corrió por los móviles su imagen caminando por la villa y algunos se acercaron hasta el restaurante en el que muchos sospechaba que estaba o bien posteriormente hasta el propio Registro de la Propiedad. «¿Ha llegado ya el jefe o qué?», preguntaba un vecino a los periodistas, mientras otra, cerca, realizaba una crónica a sus amigas por el servicio de mensajería.: «Yo lo sabía que estaba aquí y tengo fotos», le hablaba al móvil.

Y como las casualidades existen, Juan Roca, que vive en un piso encima del Registro, bajó a saludar al presidente. «Yo soy también gallego, de Betanzos, cerca de donde es Rajoy, y ahora después de tantos años volvemos a coincidir», relataba antes de poder estrecharle la mano.