«Barra libre para todas las chicas. Si alguna chica sale de la sala o va al aseo se acaba». Así anunciaba Avenida 41, una discoteca de Crevillent, una fiesta programada en la sala para mañana viernes. Se trata de la fiesta «Mea culpa», popular en numerosas discotecas del país y en la que se ofrece una barra libre solo para ellas. Unas condiciones que no tardaron en desatar las críticas de las asociaciones feministas, que denunciaron la publicidad ante el Observatorio de la Mujer del Ministerio de Igualdad, al considerarla sexista, por utilizar a la mujer como reclamo publicitario. Ese es el último escándalo que salpica a la discoteca, que tiene una orden de cierre por parte del Ayuntamiento desde que abrió, y en las últimas horas se han sumado denuncias por dejar entrar a menores, impulsadas desde la Concejalía de Bienestar Social. El local acabó cambiando el cartel de la fiesta, y anunciando que esas condiciones serán para chicos y para chicas, manteniendo su imagen principal, sacada de la portada de un libro.

Por partes. La actividad ya comenzó con mal pie, pues el pasado 2 de marzo, en su fiesta inaugural, el Ayuntamiento decretó la orden de cierre al contar con informes técnicos que alertaban de deficiencias en materia de seguridad, al carecer de las salidas de emergencias pertinentes, o carecer de suministro eléctrico, entre otras cuestiones. La Policía Local y la Policía Autonómica desalojaron la sala, por lo que los propietarios del establecimiento interpusieron un recurso ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Elche, que tumbó las medidas cautelares dictadas por el Ayuntamiento, permitiendo que el local de ocio abriera a la semana siguiente.

El tribunal solicitó entonces la documentación pertinente al Consistorio crevillentino, que volvió a emitir un informe en contra de su apertura, aunque el Contencioso, de nuevo, suspendió las medidas cautelares. Por tanto, el establecimiento tiene el aval del tribunal para continuar con su actividad, en contra del criterio del Ayuntamiento. Al menos hasta que la jueza entre en el fondo del asunto y decida si debe permanecer o no prestando su actividad, pues hasta ahora el organismo no ha entrado en el fondo del asunto y solo ha tumbado las medidas cautelares.

Fuentes municipales apuntan a que, bajo su criterio, el establecimiento no debería permanecer abierto, ya que no está claro si se dispone de licencia de apertura -el local lleva cerrado mucho tiempo, desde que el anterior negocio cesara su actividad-, además de esas deficiencias en materia de seguridad que «ponen en peligro a los usuarios», señalaron.

Por su parte, fuentes de la discoteca, que prefirieron mantener el anonimato, apuntaron a que tienen todos los permisos en regla. «Aquí viene la Policía todas las semanas, se ha convertido en lo habitual, y no nos puede cerrar porque está todo en regla. Son algunos vecinos los que no quieren que estemos, los más mayores. Y como los que votan al equipo de gobierno son los mayores, y no los jóvenes, intentan darles la razón».

Por último, desde el área de Infancia y Familia de la Concejalía de Bienestar Social se emitió ayer un informe a la Policia Autonómica en el que adjuntaron imágenes de menores presuntamente fumando dentro del local y bebiendo alcohol. Las imágenes, según la edil del área, Juana Guirao, pertenecen a una fiesta de tarde que se organizó allí a finales de la semana pasada. Las imágenes, asegura, las han capturado de las propias redes sociales de la discoteca. Desde el establecimiento, apuntan a que solo entran clientes con más de 18 años, y niegan cualquier tipo de irregularidad, por lo que serán los tribunales quienes decidan si deben cerrar.