Traje de baño, protección solar y al agua. Vecinos de Santa Pola y turistas ya empiezan a dar estos pasos por todas las playas del litoral, pero todavía les falta algo: tomarse un buen refrigerio a escasos metros de la orilla. Los chiringuitos a pie de playa siguen cerrados, «y ya vamos con más de un mes de retraso, porque otros años para Semana Santa ya estaban en activo», comentan en un corrillo varios vecinos mientras toman el sol en playa de Varadero.

En los últimos días las nuevas concesionarias del lote de nueve chiringuitos en dominio público marítimo-terrestre y en zona de servidumbre han estado aportando documentación para instalar estos kioskos de madera desmontables. A partir de ahora, tendrán sesenta días de plazo para montar las instalaciones y todo dependerá de la premura de cada hostelero para abrir el negocio. El calor empieza a hacer acto de presencia y quienes disfrutan de las playas agradecerían tener un sitio próximo «para comprar una botella de agua o tomar un helado sin tener que estar necesariamente entrando en los restaurantes», cuenta Mariví Contreras, una alicantina que no entiende por qué estos establecimientos están con la persiana bajada. «Digan lo que digan, Santa Pola ya no vive de la pesca, vive del turismo y no estamos dando el mejor servicio», señala en este sentido una vecina de Santa Pola. Son varios los residentes que siguen lamentando el cierre de quioscos como Peña Grande, que, tras vencer la concesión de treinta años más las prórrogas que marcaba Costas, se utilizará como baños públicos, a la espera del posible derrumbe cuando acabe la etapa estival. Aún así, a escasos metros se colocará un chiringuito desmontable, gestionado por Parres Center Club, la misma empresa que se pondrá al frente de los kioskos de la Cala de la Ermita, Cala I y III de Santiago Bernabéu. Por su parte, la empresa alicantina San Telmo Gastrobar ocupará los dos chiringuitos más grandes, el de Varadero y el Bancal de l'Arena, que se encuentran en zona de servidumbre de protección y podrán elaborar comidas, ya que tienen 150 y 300 metros cuadrados de extensión. En playa de Tamarit el quiosco será asumido por Herga Hostelería, que no tuvo competencia porque fue la única que pujó por este enclave. Los tres chiringuitos restantes, el de Cala Santa Pola del Este, Cala dels Gossets y Bancal de l'Arena-playa, serán gestionados por particulares de Santa Pola, que ya tuvieron la concesión en el anterior ejercicio.

Cuando se pongan en marcha, además de largas filas de coches aparcados y familias equipadas para un momento de desconexión, habrá «más vida, porque, ¿qué es una playa sin sus chiringuitos?», señala un santapolero veterano de estos establecimientos.