Las instalaciones deportivas de Crevillent se ponen a punto de cara a la próxima temporada para dar respuesta, así, a una de las reivindicaciones más importantes entre los distintos clubes del municipio. Las obras que se acaban de activar tienen como fin sustituir el antiguo césped artificial del campo de fútbol Enrique Miralles y adecuar el entorno, actualizándolo a las normas de seguridad y accesibilidad.

Este proyecto está financiado por el Ayuntamiento, y en total cuenta con una inversión municipal de 503.000 euros. El plazo de ejecución es de cuatro meses, pero desde el Consistorio apuntan que a mediados de agosto estará completada la obra para no interrumpir la próxima temporada deportiva.

Esta es la única pista de grandes dimensiones con césped artificial, por lo que la mayoría de los clubes crevillentinos entrenan sobre la misma superficie y el terreno de juego estaba deteriorado, teniendo en cuenta que el césped se colocó en 2007 y la vida útil de este material sintético había llegado a su fin, ya que según el pliego técnico se estima que cada década debe sustituirse.

La idea planteada es que se delimite un campo de fútbol 11 de 100 metros de largo por 65 de ancho, más zonas de seguridad. En este mismo campo se señalizarán otros dos de fútbol 8, y se suministrarán dos juegos de porterías abatibles para esta modalidad y otro para fútbol 11, además de banderines, banquillos de ocho plazas, postes y redes protectoras.

El proyecto contempla, además, la urbanización exterior del fondo sur, la eliminación de barreras arquitectónicas de acceso a las gradas, la renovación de los 1.200 asientos de la tribuna y la instalación de nuevas barandillas.

En esta primera fase la empresa Mondo Ibérica, adjudicataria de las obras, ha comenzado por el replanteo del terreno. Se han tenido en cuenta las peticiones de los clubes, que solicitaban que se centrara el terreno de juego para alejarlo de los muros de las gradas, que suponían un foco de accidentes para algunos jugadores, que colisionaban contra las paredes en el fondo norte.

El segundo paso es la retirada de las fibras anteriores de césped, que aunque eran incompatibles para el ámbito deportivo por el desgaste que presentaban, no se tirarán a la basura y se emplearán en parques y jardines del municipio crevillentino.

En estos primeros días se está demoliendo y rebajando medio metro de la superficie para consolidar el terreno. De este modo, se compactará el solar para instalar una nueva red de drenaje y aplicar dos capas de zahorra artificial para mejorar la base de apoyo de la instalación. Antes de colocar las nuevas fibras de césped se incorporará el sistema de riego por aspersión, controlado por un equipo electrónico instalado dentro de una caseta prefabricada.

A la espera de más pistas

Los deportistas crevillentinos sienten la necesidad de que se pongan en marcha otros campos de fútbol de césped artificial para descongestionar el Enrique Miralles, porque «faltan instalaciones, somos muchos clubes y ese campo está saturado, y por ahora entrenamos en tierra para preparar la nueva temporada», señala Eduardo Julián, coordinador de la Unió Esportiva de Crevillent.

Además de este campo de fútbol en la localidad, por el momento sólo hay otra pista de fútbol 8 de césped artificial, ya que el resto siguen siendo de tierra tanto en esta zona como en la ciudad deportiva Juan Fran Torres.

Sin embargo, a finales de año podría ejecutarse en este último enclave un campo de fútbol 11 de césped artificial y otras dos pistas en el anexo del Enrique Miralles, ya que el Ayuntamiento tiene concedida la ayuda del plan de Cooperación de Obras y Servicios de la Diputación Provincial.