Crevillent ha vuelto a sellar su compromiso de hermanamiento con el municipio francés de Fontenay-Le-Comte El pasado jueves, autoridades municipales, festeros, músicos y estudiantes viajaron a esta región francesa de los Países del Loira para conmemorar medio siglo de convivencia y unión.

Por ejemplo, se celebraron ayer una serie de pasacalles por los puntos céntricos que culminaron en los jardines del Ayuntamiento francés. Al anochecer, la Vía de la República se convirtió en todo un espectáculo de colores y música, ya que se congregaron cerca de 50.000 personas para contemplar uno de los desfiles más importantes de la región, que destacan por el numeroso volumen de carrozas que salen por las calles envueltas de papelinas de colores.

Cerca de ochenta festeros de la Asociación de Moros y Cristianos de Crevillent cerraron el desfile en el que participaron los dos bandos, entre los cuáles se encontraban capitanes, sultanas, reinas y bellezas de años anteriores, que lucieron sus trajes al son de las marchas que la Banda Sinfónica de Crevillent entonó acompañando las filàs. Entre los festeros también se encontraba Francisco Pastor, como asociado de honor o Daniel Coirier, natural de Fontenay-Le-Comte, que tendrá el gusto de ser el capitán moro este año de las fiestas en honor a San Francisco de Asís.

La expedición al municipio arrancó el pasado jueves con una recepción institucional del comité del Jumelage francés. Acto seguido el alcalde de Crevillent, César Asencio, y su homónimo en Fontenay, Jean Michel Lalère, firmaron la carta de amistad como declaración de intenciones, para revalidar que ambos municipios desean estar hermanados por muchos años más, desde que en 1967 el regidor francés de la época solicitase esta vinculación que llega al ámbito no sólo festivo, si no también deportivo, educativo y cultural entre ambos pueblos.

En la jornada se iniciaron las reuniones para planificar el próximo encuentro, previsto del 5 al 9 de octubre, con una recepción el día del alardo de alcabucería donde el consistorio crevillentino será el anfitrión. Para ampliar la huella del hermanamiento, ambos alcaldes inauguraron un monolito en el jardín dedicado al crevillentino Luis Veracruz, que representa la unión de los municipios con las banderas y dos manos entrelazadas, la fecha y el logo del Jumelage.

La visita no estuvo exenta de muestras de cariño, ya que se repartieron, además, obsequios entre los comités. En los encuentros también habían representantes del municipio polaco de Krotoszyn, que tienen un hermanamiento solidario con Gaua en África, que en su día fue una colonia francesa. En los actos más lúdicos visitaron el cuartel de Paco Menchón, un festero crevillentino que falleció en 2016 y que fue nombrado secretario perpetuo de la asociación por su trayectoria de medio siglo luchando por la fiesta.

El viaje culmina con una ruta por la ciudad portuaria de La Rochelle y una cena de despedida el lunes en Fontenay-Le-Comte. En esta aventura han participado unas 150 personas, entre ellos comparsistas y José Ángel Asencio como presidente de la entidad festera; representantes municipales como el alcalde; la concejal de cultura, Loreto Mallol o el edil de Infraestructuras, Manuel Moya y estudiantes de los dos institutos.