La Ciudad Deportiva Juanfran Torres de Crevillent está en la última fase de obras para abrirse al público el próximo mes de junio, fecha en la que se inaugurarán de manera oficial estas instalaciones municipales. Desde que empezase a construirse el pabellón a finales de 2015, el proyecto ha estado sujeto a varias modificaciones para solventar deficiencias técnicas que no se contemplaban en el plan inicial, lo que ha supuesto paralizaciones en la ejecución de doce meses, que se traducen en un retraso de plazos para que los crevillentinos hagan uso de estas nuevas infraestructuras al norte del municipio.

En cuanto a las instalaciones de esta ciudad deportiva, que supera los 26.000 metros cuadrados, se ha construido un pabellón que cuenta con una cancha homologada de trinquete para practicar la pelota valenciana. Al lado se ubican seis vestuarios para jugadores y uno para árbitros. También se ha habilitado una dependencia que funcione como cantina y también una sala para el conserje y personal sanitario.

Desde la Concejalía de Deportes señalan que la licitación del servicio de conserjes está en la fase final de adjudicación, donde se han presentado nueve empresas para hacerse cargo de las instalaciones deportivas. La mercantil beneficiada tendrá un contrato de dos años con posibilidades de prórroga anual por dos años más. En cuanto a la cantina, será la empresa que presta el servicio de bar en el estadio Enrique Miralles la que se encargue también de estas dependencias.

En los próximos días se saneará todo el entramado para evacuar las aguas residuales, cerrar el vallado de protección y adecuar el acceso desde la vía pública a los pabellones. El paso siguiente, fuera de este proyecto y con el presupuesto aprobado, será levantar un campo de fútbol 11 con césped artificial sobre las pistas actuales de tierra, una inversión que se acometerá a finales de año, apuntan desde el Ayuntamiento, para complementar a la otra pista que ya hay.

El proyecto de ciudad deportiva lleva varios años sobre la mesa. En 2012 estaba previsto acometer las obras por un importe de más de un millón de euros, de los cuales 600.000 los aportaba la Diputación y el Consell dentro del Plan de Instalaciones Deportivas. Con la crisis la subvención se prorrogó y se activó de nuevo en 2015, cuando empezó a ejecutarse la obra.

Un año después, los trabajos se paralizaron para subsanar defectos y deficiencias del primer pliego que observó la empresa, que contempló mejoras por 116.000 euros más, como en el sistema de ventilación e inclinación en el trinquete, reordenación de los muros de contención o la incorporación de tratamiento antilegionela en duchas y calderas, entre algunas medidas. Por último se aprobó en marzo de este año, un proyecto de obras complementarias por 57.000 euros más para finalizar la construcción de la instalación deportiva.