El sector de la alfombra de Crevillent sigue resistiendo a la crisis y aguanta en gran medida por la diversificación de los servicios, enfocados al cliente que busca la customización, y también por las exportaciones a todo el mundo y a la provincia. El balance de 2017 refleja que Francia es la primera potencia exportadora y la senda de las transacciones se consolida en el mercado africano, indio o incluso de países de Europa del Este como Rumanía. Reino Unido parece que levanta la vista y apunta una subida del 24,3% de los envíos, después de la merma desde 2016 motivada por el Brexit.

Diferente es el caso de Estados Unidos que retrocede el 12,1%, una tendencia que los aleja como primera potencia exportadora hace un lustro y los sitúa en la tercera. Desde la Unión Nacional de Alfombras y Moquetas (Unifam) no tienen una explicación concreta para este decrecimiento y lo achacan a un cambio en el modelo de consumo americano, porque afirman que los precios de los aranceles no se han incrementado, por el momento, como se preveía de la política proteccionista del gobierno de Donald Trump.

En el plano internacional, el país en cabeza ahora es Francia que asciende ligeramente un 12%, mientras que Portugal es el segundo que más exporta. Desde Unifam destacan la presencia del continente africano en los últimos tiempos con países como Argelia que han entrado en la lista de los diez que más exportan, incrementando un 70% su presencia.

Las conclusiones en el mercado provincial también son positivas, ya que el sello crevillentino sigue como referente con un aumento progresivo del 11,6% de las exportaciones, un dato que supone un crecimiento del 125% desde 2011 hasta el último año analizado. A nivel autonómico, además, sigue reforzándose la subida en un 15,3%, un punto más que en 2016.

La patronal, sin embargo, avisa de que las cifras generales podrían ser aún más positivas ya que empresas de comunidades como Madrid o Cataluña compran el producto en el municipio alfombrero y lo exportan desde su área de influencia. Esta tendencia explica que clientes especializados como diseñadores o arquitectos recurran menos al exterior, porque el municipio pisa fuerte en cuanto a customización y diseño a medida. De este modo, de la alfombra y moqueta tradicional de lana se ha dado el salto a «nuevas materias primas en las líneas de los vegetales como bambú o yute, que apuestan por la sostenibilidad, o materiales como el acero y poliuretano que permiten la diferenciación» explica Eduardo Díaz, responsable de UNIFAM.

Para cubrir esta demanda tan diversificada las empresas del sector están dedicando una parte de la inversión para renovar tecnológicamente la maquinaria para que se agilice la producción, teniendo en cuenta que el modelo ha cambiado, y del almacenaje y estocaje se pasa a la producción sobre pedido, «un cambio que supone que el material tiene que estar listo en el momento justo que lo demanda el cliente» apunta Ramón Mas, responsable del departamento técnico de Alfombras y Moquetas Imperial, una de la empresas más consolidadas del municipio que dedica una línea importante a la producción de moquetas para grandes espacios como hoteles. Para cumplir con los plazos que marcan los clientes, han tenido que adquirir tres nuevos telares, dos de ellos ya en funcionamiento, que triplican la productividad sin afectar a la calidad.