El estado de los accesos a los centros escolares crevillentinos traen de cabeza a padres, madres y alumnos que se topan con obstáculos a la hora de entrar a las aulas. El mal estado de las aceras, la presencia de matorrales que invaden el pavimento o los atascos a primera hora de la mañana por los coches en doble fila que se aglomeran a la entrada de los centros de educación aglutinan la mayor parte de las reclamaciones de los progenitores.

A pesar de que de cara al inicio de curso el Ayuntamiento puso el ojo y actuó en el despeje de matorrales varias zonas interrumpidas de la localidad alfombrera antes del inicio del curso en las inmediaciones de los colegios Nuestra Señora de la Esperanza, Puig Jover, en el barrio de La Estación, y los accesos al colegio Francesc Candela y al instituto Macià Abela en la calle Manuel Sanchis Guarner, los alumnos se encuentran con que la vegetación vuelve a interrumpir parte de las vías y, en ocasiones les obligan a bajar a la calzada para poder pasar, según apuntan varios padres y madres.

No solo se limitan a estas las incomodidades, puesto que los padres y madres también apuntan a que el pavimento de algunos de estos centros escolares se encuentran con parte de las aceras levantadas y con imperfecciones que también obligan al alumnado a sortear estos particulares obstáculos a la hora de acceder a las escuelas. Por este motivo, los padres de varias escuelas aseguran que pedirán más seguridad y atención al Consistorio en los trabajos de adecuación y una renovación de varias de estas vías zona crevillentina.

Ya en agosto, el grupo municipal de Compromís per Crevillent mostró su preocupación por la falta de limpieza y mantenimiento en condiciones de los accesos a los colegios ante la proximidad del inicio del curso escolar.

La calle Manuel Sanchis Guarner, que estrena tramos remodelados tras las obras que comenzaron aún antes de las vacaciones veraniegas, se convierte ahora en un punto de acumulación de atascos por la mañana, según advierten los crevillentinos que transitan por sus inmediaciones a la hora de dejar o recoger a los menores en su jornada lectiva por la acumulación de vehículos en doble fila. «En las horas puntas los colegios concentran a muchos niños en las entradas de los colegios y a coches en doble fila, mal estacionados o personas que cruzan de forma indebida y que podría ocasionar algún atropello», asegura Marta Abad, una de las madres del colegio Francesc Candela. «Es responsabilidad de los padres respetar el tráfico pero también de las autoridades cooperar y fomentar que se cumplan las normas para evitar problemas en los accesos a los centros educativos, concluyó Abad.

Por otro lado, el Consell ha anunciado que comenzará de forma inminente los trabajos para retirar el amianto del colegio Mas Magro. La retirada de este producto cancerígeno es una reivindicación de muchos años de la comunidad educativa y de la ciudadanía en general, y la decisión de eliminar el amianto ha sido tomada por la Conselleria de Educación, que se ha planteado retirar este material de todos los colegios de la Comunidad Valenciana.

La obra de retirada del amianto cuenta con la financiación cerrada y con un presupuesto de 19.000 euros. La solicitud de licencia de obras ya está en el Ayuntamiento como paso previo al inicio de las obras. El colegio Miguel Hernández es otro de los centros donde se acabará con el amianto.