Las calas de Santiago Bernabéu presentan este verano un aspecto muy poco habitual. La escasez de arena a lo largo de esta costa santapolera ha dejado al descubierto una gran multitud de rocas en su orilla que ya se han convertido en un paisaje casi asumido por los veraneantes y que está generando malestar en algunos de ellos, acostumbrados a frecuentar una orilla plana de arena. Los temporales de invierno han pasado factura a esta parte del litoral, sobre todo en zonas del Este, y la recuperación de superficie ha sido muy escasa esta temporada, por lo que la playa ofrece menos espacio para disfrutar y una estampa singular en la zona urbana.

Los bañistas que frecuentan esta cala, los fieles, aseguran que «es incómodo bañarse con tanta roca en la orilla, y las peores no son las que se ven, son las que se camuflan», asevera Begoña Machuca, veraneante en la villa marinera desde hace 23 años. «Entre lo torpe que soy y la cantidad de piedras que hay este año voy a tropezón por día», comenta Diego Ruso, vecino de Santa Pola.

En varios puntos de estas playas urbanas las rocas emergen de entre la orilla, con un vistoso y resbaladizo verdín que también resulta molesto para los veraneantes que desean poner su toalla en este litoral. «Está desastrosa la playa. Yo evito pisarlas para no resbalarme con las algas de las rocas. Hay que entrar con pies de plomo, y aún así te resbalas», comenta otra veraneante.

Las playas de Santa Pola recibieron entre diciembre y enero varios temporales más fuertes de lo acostumbrado, con marejadas muy violentas. Las playas del Este fueron las más castigadas y por este motivo el temporal de enero fue el más dañino. Desde entonces, las consecuencias aún se dejan ver en la costa santapolera hasta hoy, en pleno verano. Vatasa se convirtió en un recuerdo doloroso de los daños acarreados por la violencia inesperada por los pasados temporales, cuando los restos marinos continuaban acumulándose en el área a pesar de los medios empleados para limpiarla. No obstante, no fue la única costa perjudicada y las calas Santiago Bernabéu también tienen cicatrices este verano que solo se cubren de manera parcial con la poca arena posada en la franja.

Aunque la costa sigue llena y los veraneantes acuden a las calas de Santiago Bernabéu, este litoral echa de menos a muchos de los usuarios que han cambiado de lugar de referencia. «Vivo por la calle del Mar y me pillan más cerca las calas de Santiago Bernabéu, pero este verano estoy en la playa de Levante que, aunque tiene más gente, también sigue con el aspecto de todos los años», comenta Lidia Zafra, veraneante desde hace tres años en la villa marinera. No obstante, no todo son quejas y hay quien aún ve ventajas a esta acumulación de rocas «Tenemos asientos gratis sin bajarnos las sillas de casa», comenta divertido otro bañista.