Para Herminia Buades leer el pregón de las fiestas de su Santa Pola natal es algo que le llena de orgullo y también, en parte, le abruma por su significado. Festera de corazón, ha pertenecido durante muchos años a la comparsa Llaganyosos y a la filá Yaiza, de la que guarda muchos buenos recuerdos. De su oficio, maestra, también alberga grandes momentos y le ha dejado el legado del cariño de muchas personas de Santa Pola que han pasado por sus aulas y que ahora le animan por la calle de cara a su inminente pregón, que hará en valenciano, la lengua con la que se comunica con su familia y amigos y con la que se siente más cercana a los santapoleros.

¿Cómo se siente ante la llegada del pregón de las fiestas?

Muy orgullosa, contenta, pero también nerviosa y abrumada, está saliendo el miedo escénico por si no cumplo las expectativas. Pero he recibido muchos consejos de pregoneros y pregoneras anteriores que me recomiendan que, sobre todo, me lo pase bien. También me anima mucho la gente en la calle.

¿Cómo ha sido el proceso desde que la designaron hasta hoy?

Desde el pasado 5 de junio hasta hoy mismo ha sido muy gratificante. Hay gente con la que solo me saludaba por la calle y que ahora me para y me pregunta, me dicen que se alegran de que sea la pregonera y eso es algo muy bonito vivirlo.

¿Qué puede adelantar de su discurso?

Mi faceta educativa tendrá mucho papel y me acordaré mucho de mis alumnos y mis compañeros de profesión. También dejaré patente mi admiración por la gente que hace la fiesta en Santa Pola, la gente que no se cansa y sigue trabajando porque exista y por mantenerla. Yo dejé de participar cuando me jubilé, hace seis años y admiro profundamente a los que siguen y a los jóvenes que han de implicarse más y tomar el relevo para que la fiesta viva.

¿Por qué dará su discurso en valenciano?

Es la lengua que siempre ha usado mi familia, con la que hablo con ellos, mis amigos y es la lengua de muchos santapoleros aunque se esté perdiendo. Mi discurso es algo muy personal y quiero darlo en esta lengua, aunque también estoy cómoda con el castellano. En 40 años seré la segunda persona que lo hace después de Marian Sempere.

¿Qué significan las fiestas para usted?

Mucho para mí y mi familia. Mi abuelo Masico fue activista de la fiesta en su época e iba a por las vacas para montar las barreras. A mi padre le gustaban las mascletás y los fuegos artificiales. Desde los años 60 empezó a cambiar y ha evolucionado mucho. Mi hermano Jerónimo y su mujer siguen muy implicados y son de los que no se cansan por perpetuarlas.