Los usuarios de la Caleta dels Gossets reclaman más medidas de seguridad en el entorno de la costa que permite el baño a las mascotas. Si bien la cala tiene mucha aceptación entre los usuarios, la preocupación por la velocidad del tráfico en el camino del área del Cabo se ha convertido en una incertidumbre para quienes acuden a la playa a pasar un rato con sus perros, que temen que puedan sufrir algún atropello de las mascotas.

De hecho, recientemente fue atropellado un can en este enclave, es la primera vez que pasa, y los usuarios han mostrado sus miedos de que pueda volver a ocurrir y solicitan al Ayuntamiento que actúe para que se garantice la seguridad de las mascotas. El vallado en los límites entre la playa y la carretera es la solución que más convence a vecinos y visitantes del área. Algunos vecinos manifestaron su intención de hacer una reclamación formal en el Consistorio para que incrementen las medidas de protección.

Si bien es cierto que esta reclamación no es nueva, el Ayuntamiento santapolero recalcó en su momento que no era una solución posible debido a temas relativos a la norma.

Según el reglamento aprobado cuando se dio inicio a la playa de perros, hace algo más de un año en Santa Pola, el Consistorio se comprometía a instalar badenes para reducir la velocidad de los vehículos en los límites de la cala, con vistas a proteger la integridad de las mascotas, y conociendo que en el enclave los coches pasan, a veces, a más velocidad de la permitida.

Esta playa cuenta con vigilancia especial. Al igual que el resto de playas naturales en la villa marinera no tiene un servicio de socorrismo y salvamento, pero sí que está atendida por personal del Ayuntamiento que se encarga de controlar el correcto cumplimiento de las normas contempladas en la ordenanza de aprovechamiento y uso de las playas de Santa Pola.

Si bien el vallado no parece ser la solución más probable, los usuarios también han propuesto que se limite la velocidad a la que los vehículos pueden circular en esta playa canina.

Algunos de los que frecuentan este litoral se entristecieron por el atropello y manifestaron cierta preocupación por sus mascotas. «Me gusta mucho visitar esta cala y vengo con mis dos perras cuando salgo de trabajar, pero no las quiero dejar muy sueltas porque siempre me ha preocupado la cercanía de la carretera», afirma Sara Mas, dueña de dos canes y usuaria del enclave.

«Me gustaría que se presionara al Ayuntamiento o a quien haga falta para que busquen una solución, los accidentes son inevitables pero si ponen más seguridad, los usuarios podremos venir más tranquilos y los perros podrán disfrutar más con menos correa», consideró otro de los usuarios, Francisco Calvo.

El litoral que permite el baño a los perros se ha convertido en un gran reclamo para la villa marinera y por ello, sus usuarios son exigentes y buscan la tranquilidad en el área costera.